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Coronilla a la D.Misericordia: Hora de la Divina Misericordia 3:00 p.m.

Reflexiones diarias, súplica y oración

Martes, 18 de enero de 2022 

1. Reflexión:     

“3. + Hoy invité a Jesús a mi corazón como al amor.  Tú eres el amor mismo.  Todo el cielo se enciende y llena de Tu amor.  Por lo tanto, mi alma Te desea como una flor anhela el sol.  Jesús, ven rápidamente a mi corazón, porque ves que como la flor requiere el sol, así mi corazón se [lanza] hacia Ti.  Abro el cáliz de mi corazón para acoger Tu amor.

Cuando Jesús vino a mi corazón, todo vibró de vida y de calor en mi alma.  Jesús, retira mi amor del corazón y llénalo con el Tuyo.  Un amor ardiente y luminoso que sabe llevar el sacrificio, que sabe olvidarse completamente de sí mismo.

Hoy mi día está marcado por el sacrificio……”  (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 1808-1809). 

2. Súplicas:

  • Pidamos la gracia de vivir siempre en la presencia del Señor,
  • Pidamos la gracia de tener las disposiciones interiores necesarias para que podamos sentir la dulce presencia del Rey de Misericordia en nuestra vida,
  • Oremos por los que no creen en la bondad del Señor,
  • Pidamos al Señor que tenga piedad de nuestra humanidad doliente y por el fin de la propagación de COVID-19 en el mundo entero,
  • Por nuestras intenciones personales.

Oración: 

Tercera Estación
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]

Nuestro Salvador, agotadas las fuerzas por la sangre perdida en la flagelación, debilitado por la acerbidad de los sufrimientos físicos y morales que le infligieron aquella noche, en ayunas y sin haber dormido, apenas pudo dar algunos pasos y pronto cayó bajo el peso de la cruz. Se sucedieron los golpes e imprecaciones de los soldados, las risas y expectación del público. Jesús, con toda la fuerza de su voluntad y a empellones, logró levantarse para seguir su camino.

Isaías había profetizado de Jesús: «Eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba. Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros». El peso de la cruz nos hace tomar conciencia del peso de nuestros pecados, infidelidades, ingratitudes…, de cuanto está figurado en ese madero. Por otra parte, Jesús, que nos invita a cargar con nuestra cruz y seguirle, nos enseña aquí que también nosotros podemos caer, y que hemos de comprender a los que caen; ninguno debe quedar postrado; todos hemos de levantarnos con humildad y confianza buscando su ayuda y perdón.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. […] (www.franciscanos.org) Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO!

 3. Propósito del dia:

  1. En actitud de profundo recogimiento, meditar sobre la tercera estación del Vía Crucis (véase la oración final).
  2. Le hago una carta de invitación al Rey de Misericordia hoy, se la presento desde mi corazón durante la santa comunión de hoy