Nuestro Señor Jesucristo dijo a Santa María Faustina Kowalska:

«Diles a las almas que no pongan obstáculos en sus propios corazones a Mi misericordia que desea muchísimo obrar en ellos. Mi misericordia actúa en todos los corazones que le abren su puerta; tanto el pecador como el justo necesitan (148) Mi misericordia.  La conversión y la perseverancia son las gracias de Mi misericordia» (Diario 1577).

«Que las almas que tienden a la perfección adoren especialmente Mi misericordia, porque la abundancia de gracias que les concedo proviene de Mi misericordia. Deseo que estas almas se distingan por una confianza sin límites en Mi misericordia.  Yo Mismo Me ocupo de la santificación de estas almas, les daré todo lo que sea necesario para su santidad.  Las gracias de Mi misericordia se toman con un solo recipiente y éste es la confianza.  Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá.  Las almas que confían sin límites son Mi gran consuelo, porque en tales almas vierto todos los tesoros de Mis gracias.  Me alegro de que pidan mucho, porque Mi deseo es dar mucho, muchísimo.  Me pongo triste, en cambio, si las almas piden poco, estrechan sus corazones» (Diario 1578).

 

Alma querida, has aprendido lo que significa confiar en la Misericordia del Señor, has pedido y el Señor te ha concedido lo que tu corazón anhela, ahora, puedes compartir con los demás tu experiencia sobre el poder de la oración de intercesión y sobre la gracia que has recibido.

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