[avatar user=»grupodeo» size=»thumbnail» /]

Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

Domingo, 16 de octubre de 2022.

1. Reflexión:         

Una mañana, después de la Santa Comunión, oí esta voz: Deseo que Me acompañes cuando voy a los enfermos.   Contesté que estaba de acuerdo, pero un momento después reflexioné:  ¿Cómo voy a hacerlo? Dado que las hermanas del segundo coro [101] no acompañan al Santísimo Sacramento, siempre van las Hermanas Directoras.  (92)  Pensé que Jesús lo solucionaría.  Pocos minutos después, la Madre Rafaela mandó llamarme y me dijo:  Hermana, usted va a acompañar al Señor Jesús, cuando el sacerdote visite a los enfermos.  Y durante todo el tiempo de la probación, siempre iba con luz, acompañando a Jesús y como un oficial de Jesús procuraba siempre ceñirme con un pequeño cinturón de hierro [102], porque no estaría bien acompañar al Rey vestida como de costumbre.  Esa mortificación la ofrecía por los enfermos.

+ La Hora Santa.  Durante esta hora procuraba meditar la Pasión del Señor.  No obstante mi alma fue inundada de gozo y de repente vi al pequeño Niño Jesús.  Y Su Majestad me penetró y dije:  Jesús, Tú eres tan pequeño, pero yo sé que Tú eres mi Creador y Señor.  Y Jesús me contestó:  Lo soy y trato contigo como un niño para enseñarte la humildad y la sencillez.

Todos los sufrimientos y las dificultades las ofrecía a Jesús como una ofrenda floral para el día de nuestros desposorios perpetuos.  Nada me resultaba difícil al recordar que lo hacía por mi Esposo, como una prueba de mi amor hacia Él. (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 183-184).

2. Súplicas:  

  • Pidamos  la gracia de permanecer siempre junto a nuestro Señor Jesucristo con confianza.
  • Oremos por los que no creen en la presencia de nuestro Señor Jesucristo en nuestra vida.
  • Pidamos al Señor que tenga piedad de nuestra humanidad doliente y por el fin de la propagación de COVID-19 en el mundo entero.
  • Por nuestras intenciones personales.

Oración: 

Oh Hostia Viva, mi única Fortaleza, Fuente de Amor y de Misericordia, abraza al mundo entero, fortifica a las almas débiles. Oh, bendito sea el instante y el momento en que Jesús nos dejó Su misericordiosísimo Corazón. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amen ¡JESÚS, EN TI CONFÍO!

3. Propósito del día:

Dejarme instruir por nuestro Señor Jesucristo.