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Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

Domingo, 09 de octubre de 2022.

1. Reflexión:         

(57) + Una serie de gracias que Dios derrama sobre el alma después de aquellas pruebas de fuego. Goza de una estrecha unión con Dios.  Tiene muchas visiones sensibles y espirituales, oye muchas palabras sobrenaturales y a veces órdenes precisas; pero a pesar de estas gracias, no se basta a sí misma.  Tanto menos precisamente, porque Dios la visita con estas gracias, debido a que está expuesta a varios peligros y puede fácilmente caer en la ilusión.  Debería pedir a Dios un guía espiritual, pero no solamente pedir un guía, sino que solicitar y buscar a un director que entienda las cosas como el caudillo que tiene que conocer los caminos por los cuales conduce a la batalla.  A un alma que está unida a Dios, es necesario prepararla para grandes y encarnizados combates.

+ Después de estas purificaciones y pruebas, Dios trata con el alma de modo especial, pero el alma no siempre colabora con estas gracias.  No porque ella misma de por sí no quiera colaborar, sino que enfrenta tan grandes dificultades interiores y exteriores que, de verdad, hace falta un milagro para que esa alma se mantenga a estas alturas.  Aquí necesita obligatoriamente al director.  A menudo llenaban mi alma de dudas y algunas veces [mi alma] se asustaba de por sí, al pensar que después de todo yo era una ignorante, no entendía muchas cosas y menos todavía las cosas espirituales.  No obstante, cuando las dudas aumentaban, buscaba luz en un confesor o en las Superioras.  Pero no obtenía lo que deseaba. (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 121).

2. Súplicas:  

  • Pidamos  la gracia de confiar siempre en el Señor y que cumplir siempre su santa voluntad, a pesar de las dificultades de la vida.
  • Oremos por los que están privados de su libertad, los presos y las mujeres maltratadas.
  • Pidamos al Señor que tenga piedad de nuestra humanidad doliente y por el fin de la propagación de COVID-19 en el mundo entero.
  • Por nuestras intenciones personales.

Oración: 

Deseo esconderme de manera que ninguna criatura conozca mi corazón, Oh Jesús, solo Tú conoces mi corazón y lo posees totalmente.   Nadie conoce nuestro secreto; con una mirada nos entendemos mutuamente.  Desde el momento en que nos hemos conocido, soy feliz. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (Diario, 201). 

3. Propósito del día:

Dejarme sostener por el amor del Rey de Misericordia.