Orar con el Diario de Sor Santa Faustina: La Divina Misericordia en mi alma.

Sábado, 12 de febrero de 2022: EN UN SOLO INSTANTE, ES POSIBLE RECIBIR TODO DEL REY DE MISERICORDIA PARA CUMPLIR SU MISIÓN

 

 

1. ORACIÓN INICIAL
ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO (Cardenal Verdier)

2. LECTURA

23 VI [1937]. Mientras rezaba delante del Santísimo Sacramento, súbitamente mis sufrimientos físicos desaparecieron y oí en el alma una voz: Vez que en un instante puedo darte todo, no estoy sujeto a ninguna ley. 

24 VI [1937]. Después de la Santa Comunión oí estas palabras: Has de saber, hija Mía, que en un solo instante puedo darte todo lo que necesites para cumplir esta obra. Después de estas palabras una luz singular ha quedado en mi alma y todas las exigencias de Dios me parecen tan sencillas que hasta un niño pequeño las podría cumplir (Santa María Faustina Kowalska, Diario, La Divina Misericordia en mi alma, Diario, 1153).

(Después de la lectura, observar unos cinco minutos de silencio orante: para que este mensaje entre en nosotros e ilumine nuestra vida. En este silencio, cada uno de nosotros ha de situarse en el relato que hemos escuchado y reflexionar personalmente, sentir y gustar lo que el Señor te quiere comunicar a ti en este momento para ayudarte en la meditación y en la oración). Preguntarte: ¿Qué me quiere decir el Señor hoy, a mí, personalmente? (Silencio).

A continuación, compartir en grupo, en familia o meditar personalmente.

 

3. PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

  • ¿Qué me impide ir con frecuencia al Santísimo, sabiendo que es el momento propicio para recibir todo del Rey de Misericordia?
  • ¿Por qué suelo tener miedo te entregarme como embajador del Rey de Misericordia, puesto que es Él quien actúa en mí, sirviéndose de mi como su humilde instrumento?
  • ¿Por qué siempre tengo la sensación de que, a mí, el Rey de Misericordia me responde siempre tarde?
  • ¿Por qué suelo contar con mis propias fuerzas humanas, sabiendo que las obras de misericordia que he de realizar son del Rey de Misericordia y que yo soy solamente un instrumento?
  • ¿Por qué me quejo siempre a la hora de cumplir con las exigencias del Rey de Misericordia? (Pensar en alguna virtud que me hace falta adquirir al respecto).
  • «Todas las exigencias de Dios me parecen tan sencillas que hasta un niño pequeño las podría cumplir». ¿Qué me dice a mí, en este instante esta frase de Santa Faustina?

4. CONSEJOS DE VIDA

  • Reconocer que soy instrumento del Rey de Misericordia, cuando Él me necesita, tan solo quiere que me deje servir para su gloria,
  • Saber conciliar mis necesidades con la voluntad del Señor, sabiendo que todo lo que no es conforme a la voluntad del Señor, tampoco es bueno para el hombre,
  • Hacer un horario personal para acudir al Santísimo para estar a solas con el Rey de Misericordia,
  • Discernir con el director espiritual sobre todo lo que me impide vivir como un niño que quiere aprender a cumplir las exigencias del Rey de Misericordia con humildad y confianza,

5. PROPÓSITO DE HOY

COMPARTIR EN GRUPO, EN FAMILIA O MEDITAR PERSONALMENTE (Reflexionar personalmente, sentir y gustar lo que el Señor te comunica a ti en este momento para ayudarte en la meditación y en la oración.) (SILENCIO) En el silencio del corazón, meditemos las frases o palabras que nos han llamado la atención de manera personal, y descubramos con la luz del Espíritu Santo: ¿Por qué esa palabra o frase me ha tocado a mí? ¿Qué me quiere decir el Señor hoy, a mí, personalmente?

5) PRECES y ACCIÓN DE GRACIAS (INTENCIONES LIBRES)

  • Pedir la gracia de vivir nuestra infancia espiritual con serenidad.
  • Pedir al Rey de Misericordia las virtudes necesarias para vivir siempre en su presencia.
  • Oremos por aquellas personas que consideran la humildad como una amenaza a su personalidad y fana.
  • Oremos por todas las personas que viven con depresión, para que no caigan en caminos equivocados y encuentren una solución eficaz con la ayuda del Rey de Misericordia.
  • Por las intenciones de la Virgen María.
  • Por las almas del purgatorio.
  • Por nuestra humanidad doliente y por nuestras intenciones personales.
  • Padre Nuestro
  • Ave
  • Gloria

6. ORACIÓN FINAL:

Oh Jesús, Tú Mismo Te dignaste poner el fundamento al edificio de mi santidad, ya que mi colaboración no ha sido grande.  Por la indiferencia en el uso que hago de las criaturas y en la elección de las mismas.  Tú me has ayudado, oh Señor, porque mi corazón es débil por sí mismo y por eso Te he rogado, Maestro mío, que no Te fijes en el dolor de (6) mi corazón, sino que cortes todo lo que pueda retenerme en el camino del amor.  No Te entendía, Señor, en los momentos del sufrimiento cuando cumplías la obra en mi alma, pero hoy Te comprendo y gozo de la libertad del espíritu.  Tú Mismo vigilaste para que ninguna pasión enredara mi corazón.  He conocido bien de cuáles peligros me había librado, y por eso mi agradecimiento a Dios no tiene límites. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario 1331).

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