Orar con el Diario de Sor Santa Faustina: La Divina Misericordia en mi alma.

Sábado, 16/07/2022: Quien permanece en el Señor, el Rey de Misericordia vive y se llena siempre de su amor.

 

1. ORACIÓN INICIAL
ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO (Cardenal Verdier)

2. LECTURA

“(5) 15 III 1937.  Hoy he entrado en la amargura de la Pasión del Señor Jesús; sufrí solo espiritualmente, conocí cuán terrible es el pecado.  El Señor me ha revelado toda la aversión al pecado.  Interiormente, en el fondo de mi alma, conocí lo terrible que es el pecado, aunque sea el más pequeño, y lo mucho que torturó el alma de Jesús.  Preferiría padecer mil infiernos que cometer aun el más pequeño pecado venial.

El Señor me dijo:  Deseo darme a las almas y llenarlas de Mi amor, pero son pocas las almas que quieran aceptar todas las gracias que Mi amor les ha destinado.  Mi gracia no se pierde; si el alma para la cual está destinada no la acepta, la recibe otra alma(Santa María Faustina Kowalska, Diario, La Divina Misericordia en mi alma, Diario 1016-1017)

(Después de la lectura, observar unos cinco minutos de silencio orante: para que este mensaje entre en nosotros e ilumine nuestra vida. En este silencio, cada uno de nosotros ha de situarse en el relato que hemos escuchado y reflexionar personalmente, sentir y gustar lo que el Señor te quiere comunicar a ti en este momento para ayudarte en la meditación y en la oración). Preguntarte: ¿Qué me quiere decir el Señor hoy, a mí, personalmente? (Silencio).

A continuación, compartir en grupo, en familia o meditar personalmente

3. PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

  • ¿Realmente soy consciente de lo horrible que es el pecado?
  • ¿Sinceramente se puede decir que es necesario que un alma que quiere tender a la perfección empieza a minimizar el daño causado por el pecado venial?
  • ¿Cuántas veces tomo tiempo para entrar en la amargura de la Pasión de Cristo?
  • ¿Realmente su muerte me convence de su Amor por mí?
  • ¿Qué siento en mi corazón, cuando elijo el camino de pecado, dando espalda a su gracia y a su misericordia?
  • “Deseo darme a las almas y llenarlas de Mi amor, pero son pocas las almas que quieran aceptar todas las gracias que Mi amor les ha destinado”. ¿Qué me dice esta frase?
  • ¿Puedo reconocer hoy con sinceridad que soy yo mismo que, muchas veces, rechazo la gracia del Señor?

4. ORIENTACIÓN

  • Es importante, para un alma que quiere tender hacia la perfección, empezar a distinguir pecado grande, pequeño, mortal, venial, etc. (No te lo recomendamos, si realmente quieres tender hacia la perfección: ser exigentes contigo nosotros mismos ante el pecado, evitar la mínima falta que pueda manchar nuestra alma),
  • Cuanta veces hablamos de la mentira piadosa. (Para un alma que quiere tender hacia la perfección, recomendamos no aplicar esta teoría de gran relativismo en cuanto al crecimiento espiritual: con el mal no se juega y de Dios nadie se burla),
  • Cuando hablamos de la Pasión de Cristo, es importante recordar que Jesús se entregó y murió “por mí” (pensar en la respuesta mía ante este acto de Amor sin límite del Rey de Misericordia),
  • Para evitar el camino de pecado, es importante empezar a amar a Jesús con un corazón sincero, saber tener una amistad profunda con Él a través de las obras de misericordia, tener una profunda vida de oración con el corazón y crecer en el santo temor del Nombre de Dios (el temor de Dios es diferente del miedo. El miedo es negativo, pero el temor es reverencial: quien tenga dificultad con este tema, puede acudir a la dirección espiritual),
  • Tener siempre una actitud de humildad ante la gracia del Señor, reconociendo nuestras miserias y nuestra dependencia a la gracia del Señor.
  • Pedir perdón al Señor por las veces que he rechazado su gracia y que no he entendido el significado de su gran Amor por mí, pecador.

Propósitos de hoy:

COMPARTIR EN GRUPO, EN FAMILIA O MEDITAR PERSONALMENTE (Reflexionar personalmente, sentir y gustar lo que el Señor te comunica a ti en este momento para ayudarte en la meditación y en la oración.) (SILENCIO) En el silencio del corazón, meditemos las frases o palabras que nos han llamado la atención de manera personal, y descubramos con la luz del Espíritu Santo: ¿Por qué esa palabra o frase me ha tocado a mí? ¿Qué me quiere decir el Señor hoy, a mí, personalmente?

5) PRECES y ACCIÓN DE GRACIAS (INTENCIONES LIBRES)

  • Pedir la gracia de depender siempre de la misericordia del Señor y renunciar al pecado con firmeza,
  • Pedir la gracia de reconocer que es el Amor del Rey de Misericordia que me sostiene y da sentido a mi vida,
  • Orar por los que consideran a Jesús como “una cosa muerta” y no creen en su amor ni confían en Él,
  • Orar por mi propia conversión y por los pecadores empedernidos,
  • Por nuestra humidad doliente y por nuestras intenciones personales.
  • Oremos también, por las Intenciones de la Reina de la paz, por el fin de la propagación de la pandemia de COVID-19, por las almas del purgatorio, etc.

 

  • Padre Nuestro
  • Ave
  • Gloria

6. ORACIÓN FINAL:

Te adoro por todas las obras de Tus manos, en las cuales se me revela tanta sabiduría, bondad y misericordia.  Oh Señor, has esparcido tanta belleza sobre la tierra y ella me habla de Tu belleza, aunque es sólo un pálido reflejo de Ti, belleza incomprensible.  Y aunque Te has escondido y ocultado, y has ocultado (65) Tu belleza, mi ojo, iluminado por la fe, llega hasta Ti y mi alma reconoce a su Creador, a su Bien supremo y mi corazón se sumerge completamente en una plegaria de adoración.

Creador y Señor mío, Tu bondad me animó a conversar Contigo.  Tu misericordia hace que desaparezco el abismo que separa al creador de la criatura.  Hablar Contigo, oh Señor, es el deleite de mi corazón.  En Ti encuentro todo lo que mi corazón puede desear.  Aquí Tu luz ilumina mi mente permitiéndole conocerte a Ti cada vez más profundamente.  Aquí torrentes de gracias fluyen sobre mi corazón, aquí mi alma obtiene la vida eterna.  Oh Creador y Señor mío, además de ofrecerme estos dones, Tu Mismo Te entregas a mí y Te unes íntimamente a Tu criatura miserable.  Aquí nuestros corazones se entienden sin buscar palabras; aquí nadie es capaz de interrumpir nuestra conversación.  Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario 1692).

 

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