Orar con el Diario de Sor Santa Faustina: La Divina Misericordia en mi alma.

Sábado, 01 de enero de 2022: Año nuevo caminando con el Rey de Misericordia hacia una esperanza renovada.

FELIZ Y BENDECIDO AÑO 2022

 

 

1. ORACIÓN INICIAL
ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO (Cardenal Verdier)

2. LECTURA

Al venir a la adoración, en seguida me envolvió un recogimiento interior y vi al Señor Jesús atado a una columna, despojado de las vestiduras y en seguida empezó la flagelación. Vi a cuatro hombres que por turno azotaban al Señor con disciplinas. El corazón dejaba de latir al ver esos tormentos. Luego el Señor me dijo estas palabras: Estoy sufriendo un dolor aun mayor del que estás viendo. Y Jesús me dio a conocer por cuales pecados se sometió a la flagelación, son los pecados impuros. Oh, cuanto sufrió Jesús moralmente al someterse a la flagelación. Entonces Jesús me dijo:  Mira y ve el género humano en el estado actual.  En un momento vi cosas terribles: Los verdugos se alejaron de Jesús, y otros hombres se acercaron para flagelar los cuales tomaron los látigos y azotaban al Señor sin piedad. Eran sacerdotes, religiosos y religiosas y máximos dignatarios de la Iglesia, lo que me sorprendió mucho, eran laicos de diversa edad y condición, todos descargaban su ira en el inocente Jesús.  Al verlo mi corazón se hundió en una especie de agonía; y mientras los verdugos lo flagelaban, Jesús callaba y miraba a lo lejos, pero cuando lo flagelaban aquellas almas que he mencionado arriba, Jesús cerró los ojos y un gemido silencioso, pero terriblemente doloroso salió de su Corazón. Y el Señor me dio a conocer detalladamente el peso de la maldad de aquellas almas ingratas: Ves, he aquí un suplicio mayor que Mi muerte. Entonces mis labios callaron y empecé a sentir (186) en mi la agonía y sentía que nadie me consolaría ni me sacaría de ese estado sino aquel que a eso me había llevado. Entonces el Señor me dijo: Veo el dolor sincero de tu corazón que ha dado un inmenso alivio a Mi Corazón, mira y consuélate (Santa María Faustina Kowalska, Diario, La Divina Misericordia en mi alma, Diario Diario, Diario 445).

(Después de la lectura, observar unos cinco minutos de silencio orante: para que este mensaje entre en nosotros e ilumine nuestra vida. En este silencio, cada uno de nosotros ha de situarse en el relato que hemos escuchado y reflexionar personalmente, sentir y gustar lo que el Señor te quiere comunicar a ti en este momento para ayudarte en la meditación y en la oración). Preguntarte: ¿Qué me quiere decir el Señor hoy, a mí, personalmente? (Silencio).

A continuación, compartir en grupo, en familia o meditar personalmente.

 

3. PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

  • ¿Por qué a veces no soy consciente de experimentar la presencia real de nuestro Señor Jesucristo en la adoración ante el Santísimo Sacramento?
  • Santa Faustina, durante la adoración, llegó a experimentar los grandes momentos de la pasión de Cristo y, sobre todo el gron dolor de nuestro Señor Jesucristo ante las ofensas causadas por los pecados de impurezas que más le sometieron a la flagelación. ¿Y yo, qué experiencia suelo vivir durante mis momentos de adoración al Santísimo?
  • ¿Qué tengo que hacer para que Jesús encuentre su descanso en mi corazón, ante los ultrajes y sacrilegios con que el mundo le ofende?

PREGUNTAS ESPECIALES

  1. ¿Realmente puedo decir que siento el dolor sincero en mi corazón por todo lo que ofende al Rey de Misericordia?
  2. ¿Y qué respuesta puedo dar al Señor hoy?
  3. ¿Qué tengo que hacer para que hoy Jesús encuentre en mí una morada digna?

4. CONSEJOS DE VIDA

  • Como nos describe santa Faustina, en la adoración al Santísimo, es posible hacer una experiencia de encuentro especial con el Rey de Misericordia, ya que es el momento en que vivimos la presencia real de nuestro Señor Jesucristo.
  • Muchas veces Nuestro Señor Jesucristo nos habla al corazón, nos deja percibir señales de su presencia e ilumina nuestras mentes para que seamos conscientes de que cada acto, cada pecado, cada mala conducta, cada relativismo, cada acción contraria a la voluntad del Señor hiere al Corazón de Jesús, le devuelve a la Cruz y le hace revivir su amarga pasión. Estamos invitados a renunciar a todo aquello que hacemos y que ofende al Señor, causándole más dolor, como si su muerte no fue suficiente como para convencernos de su amor por nosotros.
  • Hoy el Señor nos invita a ser un vivo reflejo de su amor, para que en nosotros los demás contemplen el rostro misericordioso del Rey de Misericordia que nos ama con un amor eterno. Nuestra respuesta a ese amor ha de ser de acercarnos a Él con confianza, viviendo de Él con Él y para su gloria y bien de las almas.

FORMA DE RESPONDER A LAS PREGUNTAS ESPECIALES

Acudir al Santísimo, en un rato de adoración, meditar la amarga Pasión de nuestro Señor Jesucristo. En ese momento de intimidad, podemos dialogar con el Señor, acompañarle, consolar su Corazón herido y recibir su misericordia.

Propósitos de hoy:

COMPARTIR EN GRUPO, EN FAMILIA O MEDITAR PERSONALMENTE (Reflexionar personalmente, sentir y gustar lo que el Señor te comunica a ti en este momento para ayudarte en la meditación y en la oración.) (SILENCIO) En el silencio del corazón, meditemos las frases o palabras que nos han llamado la atención de manera personal, y descubramos con la luz del Espíritu Santo: ¿Por qué esa palabra o frase me ha tocado a mí? ¿Qué me quiere decir el Señor hoy, a mí, personalmente?

5) PRECES y ACCIÓN DE GRACIAS (INTENCIONES LIBRES)

  • Pidamos la gracia de alejarnos de toda impureza.
  • Oremos por la conversión de los pecadores que han ofendido al Señor en el día de hoy.
  • Oremos por la paz en las familias.
  • Por las intenciones de la Virgen María.
  • Por las almas del purgatorio.
  • Por nuestra humanidad doliente y por nuestras intenciones personales.

 

  • Padre Nuestro
  • Ave
  • Gloria

6. ORACIÓN FINAL:

Oh Jesús, mi corazón deja de latir cuando contemplo todo lo que haces por mí. Te admiro, Señor, por humillarte tanto hasta mi alma miserable. Qué métodos inexplicables usas para convencerme. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amen ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario 460).

BENDECIDO AÑO 2022 A TODOS.


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