Orar con el Diario de Sor Santa Faustina: La Divina Misericordia en mi alma.

Sábado, 24/09/2022: La grandeza de la vida de un testigo de la Divina Misericordia está en la pureza de su intención y en su infancia espiritual.  

 

 

1. ORACIÓN INICIAL
ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO (Cardenal Verdier)

2. LECTURA

“+ jueves.  Al empezar la Hora Santa, quería sumergirme en la agonía de Jesús en el Huerto de los Olivos.  De repente oí en el alma la voz:  Medita los misterios de la Encarnación.  Y de pronto, delante de mí apareció el Niño Jesús de una belleza resplandeciente.  Me dijo cuánto agradaba a Dios la sencillez del alma.  Aunque Mi grandeza es inconcebible, trato solamente con los pequeños, exijo de ti la infancia del espíritu” (Santa María Faustina Kowalska, Diario, La Divina Misericordia en mi alma, Diario 332).

(Después de la lectura, observar unos cinco minutos de silencio orante: para que este mensaje entre en nosotros e ilumine nuestra vida. En este silencio, cada uno de nosotros ha de situarse en el relato que hemos escuchado y reflexionar personalmente, sentir y gustar lo que el Señor te quiere comunicar a ti en este momento para ayudarte en la meditación y en la oración). Preguntarte: ¿Qué me quiere decir el Señor hoy, a mí, personalmente? (Silencio).

A continuación, compartir en grupo, en familia o meditar personalmente

3. PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

Hoy el Señor nos llama la atención:

  • ¿Con qué actitud solemos meditar estos misterios de la encarnación?
  • ¿Nos fijamos realmente en la persona del niño Jesús, que viene a nosotros con el aspecto de un ser débil para establecer el reino de Dios aquí en la tierra?

4. ORIENTACIÓN (Comentario)

Esta vez, el Rey de Misericordia, Él mismo invita a santa Faustina a vivir la infancia del espíritu. En primer lugar, el Rey de Misericordia quiere establecer en la mente de santa Faustina una coherencia entre su mensaje y el contenido que ella recibe durante los acompañamientos espirituales, durante la confesión, durante cualquier charla, ejercicios espirituales, en las prédicas de los sacerdotes. Lo que el Rey de Misericordia le dijo por la boca de sus representantes, ahora Él mismo se lo dice. Aquí se le hace ver claramente que su debilidad y sus miserias no son un impedimento para que el Rey de Misericordia se sirva de ella como instrumento suyo. Más bien, le agrada la humildad de santa Faustina. El Rey de Misericordia necesita la obediencia y la confianza de un instrumento débil y frágil para manifestar la grandeza de su realeza.

Propósitos de hoy:

COMPARTIR EN GRUPO, EN FAMILIA O MEDITAR PERSONALMENTE (Reflexionar personalmente, sentir y gustar lo que el Señor te comunica a ti en este momento para ayudarte en la meditación y en la oración.) (SILENCIO) En el silencio del corazón, meditemos las frases o palabras que nos han llamado la atención de manera personal, y descubramos con la luz del Espíritu Santo: ¿Por qué esa palabra o frase me ha tocado a mí? ¿Qué me quiere decir el Señor hoy, a mí, personalmente?

5) PRECES y ACCIÓN DE GRACIAS (INTENCIONES LIBRES)

  • Pedir la gracia de ser humilde,
  • Orar para que el mundo entero experimente la misericordia del Señor y comprenda el valor de una verdadera infancia espiritual,
  • Orar por el Triunfo de la Divina Misericordia en nuestra humanidad,
  • Por las intenciones de la Virgen María,
  • Por las almas del purgatorio,
  • Por nuestra humidad doliente y por nuestras intenciones personales.

 

  • Padre Nuestro
  • Ave
  • Gloria

6. ORACIÓN FINAL:

LETANÍAS DE LA HUMILDAD

Jesús manso y humilde de Corazón, Óyeme.

 Del deseo de ser lisonjeado, Líbrame Jesús

 Del deseo de ser alabado, Líbrame Jesús

 Del deseo de ser honrado, Líbrame Jesús

 Del deseo de ser aplaudido, Líbrame Jesús

 Del deseo de ser preferido a otros, Líbrame Jesús

 Del deseo de ser consultado, Líbrame Jesús

 Del deseo de ser aceptado, Líbrame Jesús

Del temor de ser humillado, Líbrame Jesús Del temor de ser despreciado, Líbrame Jesús

Del temor de ser reprendido, Líbrame Jesús  

Del temor de ser calumniado, Líbrame Jesús Del temor

de ser olvidado, Líbrame Jesús

Del temor de ser puesto en ridículo, Líbrame Jesús

Del temor de ser injuriado, Líbrame Jesús

Del temor de ser juzgado con malicia, Líbrame Jesús 

Que otros sean más amados que yo, Jesús dame la gracia desearlo

Que otros sean más estimados que yo, Jesús dame la gracia desearlo

Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse, Jesús dame la gracia desearlo

Que otros sean alabados y de mí no se haga caso, Jesús dame la gracia desearlo

Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil, Jesús dame la gracia desearlo

Que otros sean preferidos a mí en todo, Jesús dame la gracia desearlo

 Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo que pueda, Jesús dame la gracia desearlo.

 ORACIÓN

Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Amén (Cardenal Merry del Val).

 

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«Y no hay alma que no tenga el deber de orar,  porque toda gracia fluye por medio de la oración»  (Diario 146).


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