Reflexiones diarias, súplicas y oraciones
1. Reflexión:
«El alma debería rogar ardientemente por el director espiritual durante un tiempo más largo, y pedir a Dios que se dignara elegirlo Él Mismo. Lo que se comienza con Dios, será de Dios, y lo que se comienza con medios puramente humanos, será humano.
Dios es tan misericordioso que, para (287) ayudar al alma, Él Mismo le asigna un guía espiritual, y la ilumina de que es aquél delante del cual ella debe revelar los rincones más secretos de su alma, como delante del Señor Jesús. Y cuando el alma reflexione y conozca que todo ha sido dirigido por Dios, pida ardientemente a Dios que le conceda mucha luz para conocer su alma, y que no cambie a tal director, a menos que haya una razón seria. Como antes de elegir el director espiritual rogaba mucho y ardientemente para conocer la voluntad de Dios, así también cuando quiera cambiarlo, ruegue mucho y con fervor para saber si es verdaderamente la voluntad de Dios de que lo deje y elija ala otro. Si no hay una evidente voluntad de Dios al respecto a esto, no lo cambie, porque el alma por sí sola no llegará muy lejos y Satanás quiere precisamente que el alma que tiende a la santidad se guíe sola, ya que entonces, ni hablar de que la alcance» (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 938).
2. Súplicas:
- Pedir la gracia de tener un director espiritual según la voluntad del Señor,
- Pedir la gracia de dejarme amar y guiar solamente por Dios,
- Orar por los sacerdotes,
- Por nuestra humanidad doliente,
- Por las almas del Purgatorio,
- Por las intenciones de la Virgen María,
- Por nuestra Santa Iglesia Católica,
- Por nuestras intenciones personales.
3. Propósito del día:
Renunciar a la soberbia de querer guiarme solo (sola) sin apoyo del director espiritual
- Rezar la coronilla a la Divina Misericordia Meditada pdf,
- Respetar la hora de la Misericordia,
- Procura realizar al menos una obra de Misericordia a lo largo del día.
4. Oración final:
Oh Jesús mío, Tu ves que Tu santa voluntad es todo para mi. Me es indiferente lo que hagas de mi: me ordenas ponerme a la obra, lo hago con tranquilidad, a pesar de saber que no soy idónea para esto; me haces esperar por medio de Tus sustitutos, así pues, espero con paciencia. Danos sacerdotes santos y concédenos la gracia de dejarnos guiar humildemente por Ti y con su ayuda. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO!
Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.
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