SEPTIMO DÍA

Jueves de la octava de Pascua

Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican Mi misericordia de modo especial y sumérgelas en Mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron Mi Pasión y penetraron más profundamente en Mi espíritu. Ellas son un reflejo viviente de Mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con un resplandor especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte. (Diario 1224)

(63) Jesús misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de Tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios Mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en Tu misericordia, y unidas a Ti, cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente, sino que Tu misericordia las protegerá en la hora de la muerte.

El alma que ensalza la bondad de su Señor Es por Él particularmente amada.
Está siempre al lado de la fuente viva Y saca gracias de la Divina Misericordia.

Padre eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran Tu mayor atributo, es decir, Tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones, desbordantes de gozo, Te cantan, oh Altísimo, un cántico de misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales Tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo: A las almas que veneren esta infinita misericordia Mía, Yo Mismo las defenderé como Mi gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte (Diario 1225).

CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA (Diario 476)

Esta oración es para aplacar Mi ira… con un rosario común, de modo siguiente:

Padre nuestro,
Ave María,
Credo

En las cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las siguientes palabras:

Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero;

En las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras:

Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Para terminar, dirás tres veces estas palabras:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero [181] (Diario 476)

Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío. (Diario 187)

ACCIÓN DE GRACIAS:

(138) + Oh Jesús, Dios eterno, Te agradezco por tus innumerables gracias y bendiciones. Que cada latido de mi corazón sea un himno nuevo de agradecimiento a Ti, oh Dios. Que cada gota de mi sangre circule para Ti, Señor. Mi alma es todo un himno de adoración a Tu misericordia. Te amo, Dios, por ser Tu Mismo. [Amén] (Diario 1794)


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