Orar con el Diario de Santa Faustina
TEMA:
El alma que presta atención cuando el Rey de Misericordia tiende su mano en el momento de la Santa Comunión, recibirá toda clase de gracias.
ORACIÓN INICIAL
ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO (Cardenal Verdier)
Oh Espíritu Santo,
Amor del Padre, y del Hijo,
Inspírame siempre
lo que debo pensar,
lo que debo decir,
cómo debo decirlo,
lo que debo callar,
cómo debo actuar,
lo que debo hacer,
para gloria de Dios,
bien de las almas
y mi propia Santificación.
Espíritu Santo,
Dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar
dirección al progresar
y perfección al acabar.
Amén.
2. LECTURA
19 XI. Hoy, después de la Santa Comunión Jesús me dijo cuánto desea venir a los corazones humanos. Deseo unirme a las almas humanas. Mi gran deleite es unirme con las almas. Has de saber, hija Mía, que cuando llego a un corazón humano en la Santa Comunión, tengo las manos llenas de toda clase de gracias y deseo dárselas al alma, pero las almas ni siquiera Me prestan atención, Me dejan solo y se ocupan de otras cosas. Oh, qué triste es para Mí que las almas no reconozcan al Amor. Me tratan como una cosa muerta. He contestado a Jesús: Oh tesoro de mi corazón, único objeto de mi corazón y todo el deleite de mi alma, deseo adorarte en mi corazón tal y como eres adorado en el trono de Tu gloria eterna. Mi amor Te (30) desea compensar, al menos en pequeña parte, por la frialdad de un gran número de almas. Oh Jesús, he aquí mi corazón que es Tu morada a la que nada tiene acceso. Tú Mismo descansa en él como en un bello jardín. Oh Jesús mío, hasta pronto, ya debo ir al trabajo, pero Te manifestaré mi amor con el sacrificio sin omitir ni dejar que se me escape ninguna ocasión para ello (Santa María Faustina Kowalska, Diario, La Divina Misericordia en mi alma, Diario, 1485).
(Después de la lectura, observar unos cinco minutos de silencio orante: para que este mensaje entre en nosotros e ilumine nuestra vida. En este silencio, cada uno de nosotros ha de situarse en el relato que hemos escuchado y reflexionar personalmente, sentir y gustar lo que el Señor te quiere comunicar a ti en este momento para ayudarte en la meditación y en la oración). Preguntarte: ¿Qué me quiere decir el Señor hoy, a mí, personalmente? (Silencio). A continuación, compartir en grupo, en familia o meditar personalmente. |
3. PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
- ¿Realmente voy a misa para asistir como espectador o para vivir ese momento con el corazón?
- Después de leer estas líneas que el Señor reveló a santa Faustina, ¿podemos seguir diciendo que Jesús no nos suele hacer caso?
- ¿Qué me impide reconocer al verdadero Amor del Rey de Misericordia?
- ¿Qué ocurre cuando nosotros no reconocemos al verdadero Amor del Señor?
- ¿Soy consciente que Nuestro Señor Jesucristo está vivo y presente en nuestra vida?
- ¿Puedo confirmar que mi corazón es una morada donde solamente mi Dios tiene acceso?
4. CONSEJOS DE VIDA
- Muchas veces vamos a la misa porque nos obligan, porque así nos lo pide la Iglesia. Pero hoy queremos ser conscientes de que es un encuentro real con el Rey de Misericordia. En la Santa misa, es Él mismo quien nos espera con la mano tendida con toda clase de gracias.
- Hoy es un día favorable para pedir perdón al Señor por las veces que Lo hemos acusado en falso pensando que Él es un Dios indiferente a nuestras necesidades. Nuestro mayor problema es de querer obligar al Señor a que haga nuestra voluntad, sin saber que muchas veces, Él nos ofrece abundantes beneficios y gracias que ni siquiera seríamos capaces de pedírselas. Lo único que nos pide es que estemos atentos y que seamos obedientes a su voluntad.
- Estamos invitados a renunciar a satanás con todos sus desórdenes que suele sembrar en nuestros corazones y que nos impiden reconocer que nuestro Señor Jesucristo siempre viene a nosotros con un Amor renovado.
- Cuando no reconocemos al verdadero amor del Señor, es posible que empecemos a mendigar cualquier amor y que caigamos en el peligro de escoger un camino equivocado.
- La falta de confianza y de fe hace que pensemos en un Dios lejanos. Es lo que nos lleva a ofenderle con pecados que más hieren su corazón. Jesús está vivo y presente en nuestra vida. He aquí un motivo para evitar de considerarlo como “algo muerto” cuando nos acercamos a la Santa Comunión.
- Humanamente hablando, solemos depender de cualquier amor sin saber que donde el primer amor no es Jesucristo, no se logra absolutamente nada.
5. PROPÓSITO DE HOY
- Ser un pequeño reflejo de la Misericordia del Señor.
- Renunciar a todo aquello que nos suele distraer durante la santa Misa.
- Procura realizar al menos una obra de Misericordia a lo largo del día.
- Rezar la coronilla a la Divina Misericordia Meditada pdf.
COMPARTIR EN GRUPO, EN FAMILIA O MEDITAR PERSONALMENTE (Reflexionar personalmente, sentir y gustar lo que el Señor te comunica a ti en este momento para ayudarte en la meditación y en la oración.) (SILENCIO) En el silencio del corazón, meditemos las frases o palabras que nos han llamado la atención de manera personal, y descubramos con la luz del Espíritu Santo: ¿Por qué esa palabra o frase me ha tocado a mí? ¿Qué me quiere decir el Señor hoy, a mí, personalmente?
5) PRECES y ACCIÓN DE GRACIAS (INTENCIONES LIBRES)
- Pidamos la gracia de anhelar los bienes del Cielo.
- Pidamos la gracia de vivir la Santa Misa con el corazón y de reconocer que Jesucristo es un Dios vivo y presente en nuestra vida.
- Pidamos por la conversión de aquellas almas que piensan que de Dios no se puede esperar nada, para que hoy tengan un motivo de volver a Él y que consigan lo que sus corazones anhelas, si es conforme a la voluntad del Señor.
- Pidamos la gracia de tener pensamientos rectos y un amor ardiente.
- Por las intenciones de la Virgen María.
- Por las almas del purgatorio.
- Por nuestra humanidad doliente y por nuestras intenciones personales.
- Padre Nuestro
- Ave
- Gloria
6. ORACIÓN FINAL:
Oh Jesús mío, aunque siento un gran apremio, no puedo dejarme llevar por él y eso para no estropear Tu obra con mi prisa. Oh Jesús mío, me haces conocer Tus misterios y quieres que los trasmita a otras almas. Ya dentro de poco se abrirá para mí la posibilidad de actuar. Mi misión comenzará ya sin obstáculos en el momento en que parecerá completamente destruida. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amen ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario 1389).
Libro recomendado: Disponible aquí.
