Hora 23 – De las 3 a las 4 p.m. Jesús muerto, traspasado por la lanza. El descendimiento de la Cruz.

Contenido completo en texto: Hora 23 – De las 3 a las 4 p.m. Jesús muerto, traspasado por la lanza. El descendimiento de la Cruz (pdf)

Oración inicial

Oh Señor mío Jesucristo, postrada ante tu divina presencia suplico a tu amorosísimo Corazón que quieras admitirme a la dolorosa meditación de las Veinticuatro Horas en las que por nuestro amor quisiste padecer, tanto en tu cuerpo adorable como en tu alma santísima, hasta la muerte de Cruz. Ah, dame tu ayuda, gracia, amor profunda compasión y entendimiento de tus padecimientos mientras medito ahora la Hora…Y por las que no puedo meditar te ofrezco la voluntad que tengo de meditarlas, y quiero en mi intención meditarlas durante las horas en que estoy obligada dedicarme a mis deberes o a dormir. Acepta, oh misericordioso Señor, mi amorosa intención y haz que sea de provecho para mí y para muchos, como si en efecto hiciera santamente todo lo que deseo practicar. Gracias te doy, oh mi Jesús, por llamarme a la unión contigo por medio de la oración. Y para agradecerte mejor, tomo tus pensamientos, tu lengua, tu corazón y con éstos quiero orar, fundiéndome toda en tu Voluntad y en tu amor, y extendiendo mis brazos para abrazarte y apoyando mi cabeza en tu corazón empiezo…

Oración Final

Amable Jesús mío, Tú me has llamado en esta Hora de tu Pasión a hacerte compañía y yo he venido. Me parecía sentirte angustiado y doliente que orabas, que reparabas y sufrías y que con las palabras más elocuentes y conmovedoras suplicabas la salvación de las almas. He tratado de seguirte en todo, y ahora, teniendo que dejarte por mis habituales obligaciones, siento el deber de decirte: “Gracias” y “Te Bendigo”. Sí, oh Jesús!, gracias te repito mil y mil veces y Te bendigo por todo lo que has hecho y padecido por mí y por todos…Gracias y Te bendigo por cada gota de sangre que has derramado, por cada respiro, por cada latido, por cada paso, palabra y mirada, por cada amargura y ofensa que has soportado. En todo, oh Jesús mío, quiero besarte con un “Gracias” y un “Te bendigo”. Ah Jesús, haz que todo mi ser te envíe un flujo continuo de gratitud y de bendiciones, de manera que atraiga sobre mí y sobre todos el flujo continuo de tus bendiciones y de tus gracias…Ah Jesús, estréchame a tu Corazón y con tus manos santísimas séllame todas las partículas de mi ser con un “Te Bendigo” tuyo, para hacer que no pueda salir de mí otra cosa sino un himno de amor continuo hacia Ti. Dulce Amor mío, debiendo atender a mis ocupaciones, me quedo en tu Corazón. Temo salir de Él, pero Tú me mantendrás en Él, ¿no es cierto? Nuestros latidos se tocarán sin cesar, de manera que me darás vida, amor y estrecha e inseparable unión Contigo. Ah, te ruego, dulce Jesús mío, si ves que alguna vez estoy por dejarte, que tus latidos se sientan más fuertemente en los míos, que tus manos me estrechen más fuertemente a tu Corazón, que tus ojos me miren y me lancen saetas de fuego, para que, sintiéndote, me deje atraer a la mayor unión Contigo. Oh Jesús mío!, mantente en guardia para que no me aleje de Ti. Ah bésame, abrázame, bendíceme y haz junto conmigo lo que debo ahora hacer…

________________

[Hora siguiente]