Hora de la Divina Misericordia: 3:00 p.m., Viernes, 10 de marzo de 2023

Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

Viernes, 10 de marzo de 2023

1. Reflexión

Una vez, mientras hacía una novena al Espíritu Santo por mi confesor, el Señor me contestó: Te lo di a conocer [126] antes de que las Superioras te enviaran aquí; como tú te comportarás con el confesor, así Yo Me comportaré contigo. 

Si te escondes de él, aunque se trate de la más pequeña de Mis gracias, Yo también Me esconderé de ti y te quedarás sola.  Y yo hice según el deseo de Dios y una profunda paz reinó en mi alma.  Ahora entiendo cuánto Dios defiende a los confesores y cuánto se pone de parte de ellos (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario 269).

2. Súplicas:

  • Pidamos la gracia de vivir siempre bajo la Luz del Espíritu Santo
  • Oremos por nuestros confesores para que sean verdaderos instrumentos del Señor
  • Por nuestra humanidad doliente,
  • Por las almas del Purgatorio,
  • Por las intenciones de la Virgen María,
  • Por nuestra Santa Iglesia Católica,
  • Por nuestras intenciones personales.

3. Propósito del día:

Dejarse guiar por la Luz del Espíritu Santo.

4. Oración Final:

Oh Jesús mío, se acerca nuevamente el momento en que me quedaré Contigo a solas.  Oh Jesús, Te ruego con todo mi corazón, permíteme conocer lo que no Te agrada en mí y al mismo tiempo dame a conocer lo que tengo que hacer para agradarte más.  No me niegues esta gracia y quédate conmigo.  Yo sé que sin Ti, oh Señor, mis esfuerzos valen poco.  Oh, cuánto me alegro de Tu grandeza, oh Señor.  Cuanto más Te conozco, tanto más ardientemente Te deseo y anhelo. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario 692).Hora de la Divina Misericordia: 3:00 p.m., Miércoles, 08 de marzo de 2023

Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.

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Testigos de la Divina Misericordia Autor

En nuestro grupo, tenemos la devoción a Jesús de la Divina Misericordia y veneramos a la santísima Virgen María (Reina de la paz). Ante la mirada de nuestro Dios y para el bien de los demás, nos reunimos como un grupo de oración e intercesión, porque, nos inspiramos del pasaje de Mc. 2, 1-12 (curación de un paralítico). En todo, buscamos la gloria de Dios y bien de las almas. Formamos a los hermanos del mundo entero a la Consagración a la Divina Misericordia. Las puertas de nuestra familia están abiertas a quien siente la llamada a servir al Señor como Testigo de la Divina Misericordia y militante por el Triunfo del Inmaculado Corazón de María.