Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

1. Reflexión

(45) + Pruebas enviadas por Dios a un alma particularmente amada. Tentaciones y oscuridades; Satanás.

El amor del alma no es todavía como Dios lo desea.  De repente el alma pierde la presencia de Dios.  Se manifiestan en ella distintas faltas y errores con los cuales tiene que llevar a cabo una lucha encarnizada.  Todos los errores levantan la cabeza, pero su vigilancia es grande.

En el lugar de la anterior presencia de Dios ha entrado la aspereza y la sequía espiritual, no encuentra satisfacción en los ejercicios espirituales, no puede rezar, ni como antes, ni como oraba ahora.  Lucha por todas partes y no encuentra satisfacción.  Dios se le ha escondido y ella no encuentra satisfacción en las criaturas, y ninguna criatura sabe consolarla. El alma desea a Dios apasionadamente, pero ve su propia miseria, empieza a sentir la justicia de Dios.  Ve como si hubiera perdido todos los dones de Dios, su mente está como nublada, la oscuridad envuelve toda su alma, empieza un tormento inconcebible.  El alma ha intentado presentar su estado al confesor, pero no ha sido comprendida.  Se hunde en una inquietud aún mayor.  Satanás comienza su obra.

La fe queda expuesta al fuego, la lucha es dura, el alma hace esfuerzos, persevera junto a Dios con un acto de voluntad. Con el permiso de Dios, Satanás sigue más adelante, la esperanza y el amor están puestos a prueba.  Estas tentaciones son terribles, Dios sostiene al alma ocultamente. Ella no lo sabe, ya que de otra forma no podría resistir. Y Dios sabe lo que puede mandar al alma. El alma [es] tentada de incredulidad respecto a las verdades reveladas, a la falta de sinceridad frente al confesor. Satanás le dice:  Mira, nadie te comprenderá ¿para qué hablar de todo esto?  En sus oídos suenan las palabras de las cuales ella queda aterrorizada y le parece que las pronuncia contra Dios.  Ve lo que no le gustaría ver. Oye lo que no quiere oír, y es terrible no tener en tales momentos al confesor experto.  Ella soporta sola todo el peso; pero dentro de lo que está en su poder, debe buscar a un confesor bien informado, porque puede quebrarse bajo este peso, y ocurre con frecuencia que está al borde del abismo. (46)  Todas estas pruebas son duras y difíciles. Dios no las da a un alma que anteriormente no haya sido admitida a una comunión más profunda con Él, y no haya disfrutado de las dulzuras del Señor, y también Dios tiene en eso Sus fines insondables para nosotros. Muchas veces Dios prepara de modo semejante al alma a los designios futuros y a grandes obras. Y quiere probarla como oro puro, pero éste no es todavía el fin de la prueba. Existe todavía la prueba de las pruebas, esto es [sentir] el rechazo total por parte de Dios (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, Diario, 96-97).

2. Súplicas:

  • Pidamos la gracia de vivir los momentos de pruebas con esperanza y confianza en el Señor.
  • Oremos por los que los sufren y se sienten abandonados.
  • Por nuestra humanidad doliente,
  • Por las almas del Purgatorio,
  • Por las intenciones de la Virgen María,
  • Por nuestra Santa Iglesia Católica,
  • Por nuestras intenciones personales.

3. Propósitos del día:

Tener una actitud de serenidad.     

4. Oración Final:

¡Te agradezco Señor, Dios eterno, por las gracias y por los innumerables beneficios con los cuales me colmas! Dios mío, quisiera que cada latido de mi corazón fuera para ti un nuevo cántico de agradecimiento; que cada gota de mi sangre circule para ti, Señor; que mi alma no deje de glorificar tu Misericordia. ¡Te amo, oh mi Dios, te amo únicamente a ti! Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO!

Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.

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