UN ENCUENTRO ASOMBROSO CON

LA MISERICORDIA DEL SEÑOR

 

El grupo de oración e intercesión de los TESTIGOS DE LA DIVINA MISERICORDIA Y MILITANTES POR EL TRIUNFO DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA (REFUGIO SEGURO),  nació como fruto del encuentro que tuvo nuestro hermano Ephrem Tshibamfumu, con el Señor y la Santísima Virgen María el 5 y 6 de diciembre 2016, uno de sus momentos de conversión. Cuando, estando alejado del Señor, fuera de la vida de la gracia; situación que acaba afectando la familia, etc. El día 5 de diciembre, empieza a sentir el dolor de la vida de pecado, el sufrimiento del vacío interior (la vida sin Dios), decide volver al Señor. Después de la confesión y comunión eucarística de la tarde, recibió la gracia de ponerse en oración de liberación, la versión larga del P. Ghislain ROY (Para liberarse y sanarse. Consejos y oraciones de liberación y de sanación, p. 32).

Cuando termina la oración, estando débil por efectos de las bebidas alcohólicas y después de varios días sin alimentarse bien, se queda en su cama, agotado, pero esa noche no pudo dormir. Se queda suplicando la misericordia del Señor, Diciendo “Señor, no merezco tu perdón, pero mírame como aquel ciego de Jericó que te suplica, “Jesús, Hijo de David, ten compasión de mi”  Lucas 18, 38 (por cierto, esa misma semana se leyó el evangelio sobre la curación del ciego de Jericó). Esa noche como a las 23h35 nuestro hermano, mientras oraba con confianza mirando el cuadro del Sagrado Corazón de Jesús, oyó una voz humana, tierna y humilde de un hombre de unos 30 años, sin verlo, diciendo: “a ti te voy a decir dos cosas:  amor, confianza” (se precisa, se trata de una voz real, no en sueño). Nuestro hermano se puso a sonreír, preguntando al Señor muchas cosas, el Señor no le volvió a decir nada más, y nuestro hermano Ephrem responde al Señor diciendo: “gracias Señor Jesús por tu amor, sé que tú me amas, ayúdame a dejarme amar por ti, aumenta mi confianza en ti”. Cuando empezó a dormir, el Señor le dio la gracia de escuchar, esta vez como en sueño o visiones, no supo expresarlo bien, algunas conversaciones que él solía tener en sus comunicaciones telefónicas y otras que no agradaba al Señor, hasta el Señor le hizo escuchar quejas de su esposa hablando con un sacerdote durante su acompañamiento espiritual, y el Señor solo le dejaba escuchar las quejas de ellas pero no lo que preguntaba el sacerdote (afectivamente, en esos días su esposa se encontraba en un retiro espiritual de los militantes de la Obra de la Iglesia en el Pinar de las rozas (Madrid). Nuestro hermano no pudo dormir más, se levantó y suplicó al Señor diciendo: “Señor, por qué me vuelves a mostrar otra vez mis pecados, ya me los mostraste el día 7 de Junio por la madrugada cuando me llevaste en sueño a mi juicio particular” (se precisa que, nuestro hermano tuvo anteriormente un encuentro con el Señor esa vez fue como en sueño, el Señor lo llevó al juicio particular, se vio delante de una muchedumbre inmensa y en medio de Dios Padre y Jesús, allí nuestro hermano tuvo conocimiento de todos sus pecados cometidos desde que tiene edad de conocimiento, los veía desfilando como en un dispositivo electrónico pasando cada escena importante de su vida, se sintió condenado, salió llorando, pero poco tiempo después cuando vio a Jesús preparando el agua en una cacerola, estando acurrucado con algunas servidoras en un altar, nuestro hermano se vio llevado por una fuerza extraordinaria hacia el Señor, es allí cuando el Señor da vuelta lo mira con sonrisa y le dice:

Déjate amar por Cristo Jesús (esta imagen es más o menos como él vio a Jesús con sonrisa, en ese sueño cuando le decía «por fín, has venido».

Ephrem, por fin, has venido, el Señor le lavó los pies y le preguntó si se había arrepentido, nuestro hermano le dijo que si, el Señor le dijo que se iba a comprobar su arrepentimiento… ); Cuando un día se lo comentó el Padre Espiritual, P. Heriberto GARCÍA, el padre le dijo que según su entendimiento, cuando el Señor dijo que “se iba a comprobar el arrepentimiento de nuestro hermano, se trata de ver los frutos de ese arrepentimiento desde el testimonio de vida y en el servicio del Señor para el bien de su alma y el de los demás.” 

Entonces, cuando dijo esto al Señor, se quedó un poco tranquilo pero de repente, nuestro Señor lo sacó como en sueño, lo llevó de paseo viendo la ciudad de Madrid de noche: veía la ciudad oscura, sin luz, sin carreteras ni calles, la gente se chocaba diciéndose maldades, ninguna felicidad. De repente llegaron a un sitio de juego, una persona jugaba subiendo en un árbol miraba a Jesús y le dice: vosotros no podéis subir como yo rápidamente, Jesús le respondió diciendo: “tu estas subiendo, al final bajarás, pero yo si subo, no bajaré”. Siguieron caminando, hasta vieron a un grupo de personas en la calle que reconocieron a Jesús, todos venían corriendo hacia Él pidiendo ser sanado, en ese momento, nuestro hermano se olvidó que él caminaba con Jesús y fue también corriendo diciendo: “Señor, sáname también”, esta vez Jesús le dijo: “a ti no te voy a sanar”, se puso triste, y termino su sueño, desde ese momento de la noche no podía dormir. Sin fuerza, se quedó en cama empezó a rezar el santo rosario, cuando rezaba empezó a escuchar la voz de los Ángeles a un nivel más alto en la esquina de la habitación con el oído derecho, los Ángeles le acompañaban en la oración en lengua francesa, terminó la oración del rosario sin las letanías, porque no se la sabe de memoria, pero los ángeles (voces de jóvenes como niñas) siguieron la oración con las letanías de la Virgen María, tal como rezamos hoy en la Iglesia católica, pero decían “Santa María, ruega por Ephrem”, al terminar hicieron una oración preciosa que nuestro hermano no recuerda haber escuchado una oración parecida, ni el idioma que usaban. El siguió acostado con ojos abierto, consciente de lo que pasaba alrededor de él, de repente, al lado izquierdo de su cama con el oído izquierdo escucha una voz de una mujer, muy joven con voz tierna, hablando (insiste diciendo que una voz humana y real, no en sueño), la mujer le habló en español diciendo: “que vaya a ver al sacerdote”. Directamente desapareció la voz de los Ángeles, empezó el Silencio en su habitación, miro el reloj era como las 04h35 de la madrugada.

Nuestro hermano entendió que fue la Santísima Virgen María quien le habló. Durante el día fue a pedirle perdón en el confesionario a un sacerdote de la parroquia Nuestra Señora de la Caridad, al que él respondió mal hacía unos días cuando el sacerdote le hizo ver unos errores que podía causar la destrucción de su familia, no había tiempo de contarle al sacerdote lo que le dijo la virgen María, solo se confesó y recibió también el perdón del sacerdote además de la absolución. Solo dos días después cuando volvió su esposa del retiro que fueron a misa en familia y pudo hablar con el Párroco de la parroquia Nª Sª de la Esperanza P. JESÚS, en Madrid/España (otra parroquia que corresponde a la zona donde reside nuestro hermano) el Párroco, sin poner nada en duda, le dijo que era un día de acción de gracias por ese regalo de Misericordia de nuestro Señor por la poderosa intercesión de su Madre. De allí nuestro hermano empezó a gozar más de la Misericordia del Señor, al mes siguiente se consagraron con su esposa a Jesús por el inmaculado corazón de María.

Entonces, descubrimos que el Señor necesita almas fieles para que seamos instrumentos de su misericordia. Que demos a conocer a los demás esta obra del Señor bajo el poder del Espíritu Santo y dejándonos formar por el inmaculado corazón de María, para la Gloria de Dios y la salvación de las almas.

Desde el inicio, nos dimos cuenta de que: la oración tiene poder y que Nuestro Señor Jesucristo está Vivo. Por eso, queremos responder humildemente al mensaje del Señor a Santa Faustina: “[…] Hija Mía, dame almas; has de saber que tu misión es (64) la de conquistarme almas con la oración y el sacrificio, animándolas a la confianza en Mi misericordia”. (Santa María Faustina Kowalska, La Divina Misericordia en mi alma, Diario nº1690)

El día 9 de Enero de 2017, durante la celebración eucarística en la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza, Madrid, nuestro hermano Ephrem escuchó al sacerdote diciendo, durante su homilía: “muchas veces pensamos que es difícil ser misericordioso, tal como nos invita el Señor, pero sí que somos todos testigos de su misericordia…” de allí descubrió que el Señor quería que el grupo de oración e intercesión se llamara grupo de los TESTIGOS DE LA DIVINA MISERICORDIA Y MILITANTES POR EL TRIUNFO DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA.

  1. Porque, teniendo en cuenta la vida anterior que él llevaba apartado del Señor, de repente llegó a gozar de la misericordia del Señor que cambió su vida, aunque se trata de un proceso.
  2. Vivimos la devoción a la Reina de la paz, porque es por su poderosa intercesión que el Señor nos manifiesta su Misericordia. Además, queremos responder generosamente a su mensaje del 25 Septiembre 2000: «Queridos hijos, hoy os invito a abriros a la oración. Que la oración se vuelva alegría para vosotros. Renovad la oración en vuestras familias y formad grupos de oración, así experimentaréis alegría en la oración y comunión. Todos los que oráis y sois miembros de grupos de oración, estáis abiertos a la voluntad de Dios en vuestros corazones y con alegría dais testimonio del amor de Dios. Estoy con vosotros, os llevo a todos en mi corazón y os bendigo con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido a mi llamada.»
  3. Formamos a las personas del mundo entero en la preparación a la Consagración a la Divina Misericordia: ORAMOS HUMILDEMENTE POR LOS HERMANOS, PERO NOS DIMOS CUENTA DE QUE ERA IMPORTANTE PROPONERLES A ELLOS ESTE MENSAJE SOBRE LA CONSAGRACIÓN A LA DIVINA MISERICORDIA, PARA QUE TENGAN OPORTUNIDAD, TODOS DE EMPEZAR EL PROCESO DE SANACIÓN, DE RECONCILIACIÓN, DE RESTAURACIÓN DE LA NUESTRA DIGNIDAD DE LAS FAMILIAS.

    Véase el contenido: QUI

En efecto, más que portadores de calamidades, nosotros, reconocemos que Jesús está vivo y sabemos también que el maligno quiere llevar a mayor número de almas a la perdición, pero el triunfo siempre es de nuestro Dios cuando le permitimos actuar en nosotros. Por eso, el Señor nos envía como portadores de dos aspectos fundamentales de nuestra vida cristiana: Confianza y Amor.

Sin embargo, cuando llegan los momentos de gracias siempre es importante estar todo el tiempo con el Señor, porque esa noticia no suele ser buena en el infierno, de allí que suelen salir millones y millones de espíritus malignos para destruir la obra del Señor. Dios nos creó libre respeta nuestra libertad pero jamás nos abandona. Nuestro hermano Ephrem, a pesar de esa gracia tan grande, vivió momentos de recaídas fuertes que le dejó totalmente fuera del testimonio de esa Misericordia que el mismo vivió en primera persona con el Señor. Pero siendo la obra del Señor, el grupo siguió funcionando, hasta un tiempo, como sabemos, cuando Dios tiene un plan, nada le impide manifestar su Poder, le concedió a nuestro hermano una vez más un gran dolor de la vida sin Dios, hasta llegó a perder el sentido de su propia vida no sabía entender por qué nació porque ya no sabía lo que significaba la felicidad ni la paz. Gracias al poder de la oración y sobre todo gracias al Amor de Misericordioso del Señor y la intercesión de la Madre del Cielo, nuestro hermano, viendo que nadie le dejaba en esa vida de desorden espiritual, recibiendo reproches, consejos y palabras de ánimo por todo lado se preguntó: “por qué el Señor no me deja en paz, siempre me persigue”, pensando que se quejaba, de allí sí que el Señor decidió concederle esa verdadera paz que él buscaba en los caminos equivocados. Como consecuencia de esas recaídas: pocos podían confiar en él, perdió algunas amistades, etc. Pero llego a entender que el Señor siempre se vale DE cualquier circunstancia para realizar su voluntad. Y nuestro hermano dijo: “el Señor siempre me persigue, no para vigilarme o castigarme, sino para que yo sea testigo de su Amor  ante todos aquellos como yo, que están buscando la felicidad equivocada. Entonces, olvidando los fracasos, las dificultades, tenía que encontrar a lo menos una razón para darle gracias al Señor, descubrí el valor de la familia, el don de la oración de intercesión de muchas personas que ni siquiera me conocían, descubrí el gran Amor del Señor que me hizo conocer, estando en esta vida, mis faltas y sus consecuencias. De Allí dije: sin ti toda mi vida es un ruido inútil, vuelvo a ti Señor y prometo no volver a decirte que NO, pero solo será posible si me ayudas con la fuerza del Espíritu Santo y si me quitas mi libertad para que no haga nada sin ti. Entonces, aquí estoy, quiero seguir esta misión que me has encomendado, si me necesitas, puedes contar conmigo”. Gracias A Dios, esta respuesta ya no fue asunto personal sino una respuesta del grupo de personas humildes que el Señor quiso reunir en su nombre para su gloria y el bien de los demás.  Creemos en la fuerza de la oración, porque, para que entendamos que la conversión es un proceso que se alimenta de la fuerza de la oración con el corazón, nuestro hermano tuvo momementos de recaidas, pero cuando el Señor te necesita y te dejas en sus menos, siempre su Misericordia triunfa, por eso hacemos nuestra las palabras del diario de santa Faustina, cuando habla de (69) La oración.  A través de la oración el alma se arma para enfrentar cualquier batalla.  En cualquier condición en que se encuentre un alma, debe orar.  Tiene que rezar el alma pura y bella, porque de lo contrario perdería su belleza; tiene que implorar el alma que tiende a la pureza, porque de lo contrario no la alcanzaría; tiene que suplicar el alma recién convertida, porque de lo contrario caería nuevamente; tiene que orar el alma pecadora, sumergida en los pecados, para poder levantarse.  Y no hay alma que no tenga el deber de orar, porque toda gracia fluye por medio de la oración. (DIARIO, La Divina Misericordia en mi alma nº146).

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