Hora de la Divina Misericordia: 3:00 p.m., Viernes, 17 de febrero de 2023

Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

Viernes, 17 de febrero de 2023

1. Reflexión:

«Un día vi una pequeña capilla y dentro de ella seis hermanas que estaban recibiendo la Santa Comunión, administrada por nuestro confesor vestido con un sobrepelliz y una estola [223]. En aquella capilla no había ni adornos ni reclinatorios;

después de la Santa Comunión vi al Señor Jesús como aparece en la imagen. Jesús estaba caminando y yo llamé: ¿Señor, cómo puedes pasar y no decirme nada?  Yo (74) no haré nada sin Ti, tienes que quedarte conmigo y bendecirme a mi y a esta Comunidad y a mi patria.  Jesús hizo la señal de la cruz y dijo: No tengas miedo de nada. Yo estoy siempre contigo» (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 613).

2. Súplicas:

  • Pedir la gracia de saber que nuestro Señor Jesucristo siempre quiere estar con nosotros,
  • Orar por los que autoexcluyen de la gran Familia de los hijos de Dios,
  • Orar por los que han perdido la paz interior por estar viviendo con miedo,
  • Por nuestra humanidad doliente,
  • Por las almas del Purgatorio,
  • Por las intenciones de la Virgen María,
  • Por nuestra Santa Iglesia Católica,
  • Por nuestras intenciones personales.

 3. Propósito del día:

Pedir en todo momento la bendición del Señor.

4. Oración final: 

Oh, fuente inagotable de la Divina Misericordia, derrámate sobre nosotros.  Tu bondad no tiene límites.  Consolida, oh Señor, la potencia de Tu misericordia sobre el abismo de mi miseria, porque Tu piedad es sin límites.  Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario 819)

Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.

 

 

Testigos de la Divina Misericordia Autor

En nuestro grupo, tenemos la devoción a Jesús de la Divina Misericordia y veneramos a la santísima Virgen María (Reina de la paz). Ante la mirada de nuestro Dios y para el bien de los demás, nos reunimos como un grupo de oración e intercesión, porque, nos inspiramos del pasaje de Mc. 2, 1-12 (curación de un paralítico). En todo, buscamos la gloria de Dios y bien de las almas. Formamos a los hermanos del mundo entero a la Consagración a la Divina Misericordia. Las puertas de nuestra familia están abiertas a quien siente la llamada a servir al Señor como Testigo de la Divina Misericordia y militante por el Triunfo del Inmaculado Corazón de María.