Hora de la Divina Misericordia: 3:00 p.m., Viernes, 10 de febrero de 2023

 

Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

Viernes, 10 de febrero de 2023

1. Reflexión:

«En aquel momento vi a Jesús de Cuyo Corazón salían los dos mismo rayos y me envolvieron toda. En aquel mismo instante desaparecieron mis tormentos. 

Hija Mía, dijo el Señor, has de saber que lo que has pasado ahora, es lo que eres por ti misma; y sólo por fuerza de Mi gracia eres participe de la vida eterna y de todos los dones que te concedo generosamente.  Y con estas palabras del Señor ha venido un verdadero conocimiento de mi misma.  Jesús me enseña una humildad profunda y al mismo tiempo una confianza absoluta en Él.  Mi corazón está reducido a cenizas, a polvo y aunque toda la gente me despreciara, lo consideraría (137) una gracia también. Siento y estoy profundamente convencida de ser una nulidad, de que las verdaderas humillaciones serán mi alivio» (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 1559).

2. Súplicas:

  • Pedir la gracia de dejarnos sostener por la gracia del Señor,
  • Pedir la gracia de conocernos mejor a nosotros mismos,
  • Orar por los sacerdotes para que tengan siempre la voluntad de dar a conocer la devoción a la Divina Misericordia,
  • Por nuestra humanidad doliente,
  • Por las almas del Purgatorio,
  • Por las intenciones de la Virgen María,
  • Por nuestra Santa Iglesia Católica,
  • Por nuestras intenciones personales.

 3. Propósito del día:

Orar delante de la imagen de la Divina Misericordia.

4. Oración final: 

Oh Jesús mío, mi única misericordia, déjame ver en Tu rostro la alegría como señal de reconciliación conmigo, porque mi corazón no alcanzará a soportar Tu seriedad, si la prolongas todavía un momento, se me partirá de dolor.  Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario 1562).

Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.

 

 

 

Testigos de la Divina Misericordia Autor

En nuestro grupo, tenemos la devoción a Jesús de la Divina Misericordia y veneramos a la santísima Virgen María (Reina de la paz). Ante la mirada de nuestro Dios y para el bien de los demás, nos reunimos como un grupo de oración e intercesión, porque, nos inspiramos del pasaje de Mc. 2, 1-12 (curación de un paralítico). En todo, buscamos la gloria de Dios y bien de las almas. Formamos a los hermanos del mundo entero a la Consagración a la Divina Misericordia. Las puertas de nuestra familia están abiertas a quien siente la llamada a servir al Señor como Testigo de la Divina Misericordia y militante por el Triunfo del Inmaculado Corazón de María.