Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

Sábado, 24 de diciembre de 2022.

1. Reflexión:

24 XII 1934. La Vigilia de la Navidad.  Por la mañana durante la Santa Misa sentí la cercanía de Dios, mi espíritu se sumergió en Dios inconscientemente.  De repente escuché estas palabras: Tú eres una morada agradable para Mí, en ti descansa Mi Espíritu.

Después de estas palabras sentí la mirada del Señor dirigida al fondo de mi corazón y viendo mi miseria me humillé en espíritu y admiré la gran misericordia de Dios, y que este Altísimo Señor se acercaba a tal miseria.

Durante la Santa Comunión la alegría inundó mi alma, sentía que estaba unida estrechamente a la Divinidad; su omnipotencia absorbió todo mi ser, durante el día entero sentí la cercanía de Dios de modo particular, y aunque los deberes no me permitieron ir a la capilla ni por un momento durante todo el día, sin embargo no hubo ni un instante en que no estuviera unida a Dios, lo sentí dentro [145] de mi de una manera más sensible que cualquier otra vez.  Saludaba sin cesar a la Santísima Virgen, ensimismándome en su Espíritu, le rogaba enseñarme un verdadero amor a Dios.  De repente oí estas palabras:  Te revelaré el secreto de mi felicidad en la noche, durante la Santa Misa.

La cena fue antes de las seis; a pesar de la alegría y el ruido exterior que hay cuando se parte el “oplatek” [y durante] las felicitaciones mutuas, ni por un instante fui privada de la presencia de Dios.  Después de la cena nos apresuramos con el trabajo y a las nueve pude ir a la adoración a la capilla.  Había obtenido el permiso de no acostarme, sino esperar la Misa de Medianoche.  Me alegré muchísimo; desde las nueve hasta las doce tenias el tiempo libre.  De nueve a diez hice la adoración por mis padres y por toda mi familia; de diez a once hice la adoración por mi director espiritual; primero agradecí a Dios que se dignó darme aquí en la tierra esta gran ayuda visible tal y como me lo había prometido y por otro lado, pedí a Dios que le diera luz para que pudiera conocer mi alma y guiarme según a Dios le agradaba.  Desde las once hasta las doce rogué por la Santa Iglesia y por el clero, por los pecadores, por las misiones, por nuestras casas las indulgencias las ofrecí por las almas del purgatorio (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 346).

2. Súplicas:

  • Pedir la gracia de tener un corazón dispuesto para disfrutar del secreto de la felicidad que nos trae el Niño Jesús,
  • Oremos para que nuestras corazones sean una morada estable para el Señor.
  • Pedir la gracia de encontrar siempre la respuesta del Señor ante las tentaciones,
  • Oremos por las familias en conflictos, para que el nacimiento espiritual del Niños Jesús les traiga una paz verdadera. 
  • Por nuestra humanidad doliente,
  • Por las almas del Purgatorio,
  • Por las intenciones de la Virgen María,
  • Por nuestra Santa Iglesia Católica,
  • Por nuestras intenciones personales.

 3. Propósito del día:

Vivir esta Navidad en profundo recogimiento interior y en gracia. 

4. Oración final: 

¡Oh Luz eterna que viernes a esta tierra, ilumina mi mente y refuerza mi voluntad para que no me detenga en los momentos de las pruebas difíciles! Que Tu luz disipe toda sombra de duda, que Tu omnipotencia obre a través de mí.  En Ti confío, oh Luz increada, Tu, oh Niño Jesús, eres mi ejemplo en el cumplimiento de la voluntad de Tu Padre, Tú que dijiste:  Vengo a cumplir Tu voluntad, haz que yo también yo (216) cumpla fielmente en todo la voluntad de Dios, Oh Divino Niño, otórgame esta gracia. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario 830).

 

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