Hora de la Divina Misericordia: 3:00 p.m., Sábado, 18 de febrero de 2023

Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

Sábado, 18 de febrero de 2023

1. Reflexión:

«(210) El Señor Jesús me dio a conocer cuánto le es agradable el alma que vive de la voluntad de Dios, con esto da a Dios la mayor gloria…

Hoy comprendí que aunque no hiciera nada de lo que el Señor exige de mí, sé que recibiría la recompensa como si hubiera cumplido todo, porque Dios ve la intención con la que empiezo y aunque me llevara hoy mismo, la obra no sufriría nada, porque Él Mismo es el Dueño de la obra y del operario. Mi tarea es amarlo hasta la locura; todas las obras son una gotita frente a  Él, el amor tiene la importancia y la fuerza y el mérito.  Reveló en mi alma amplios horizontes.  El amor nivela los abismos» (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 821-822).

2. Súplicas:

  • Pedir la gracia de acoger con humildad todo lo que el Señor nos ofrece,
  • Orar por las almas desobedientes y perezosas, para que se dejen sostener por la gracia del Señor,
  • Orar por los que buscan la felicidad en caminos equivocados,
  • Por nuestra humanidad doliente,
  • Por las almas del Purgatorio,
  • Por las intenciones de la Virgen María,
  • Por nuestra Santa Iglesia Católica,
  • Por nuestras intenciones personales.

 3. Propósito del día:

Abrirme siempre a la voluntad del Señor.

4. Oración final: 

Oh Jesús, Tu grandeza me espanta y permanecería en un continuo asombro y temor si no me tranquilizaras Tu Mismo; Tú me haces capaz de tratar Contigo siempre antes de acercarte. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario 885)

Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.

 

 

Testigos de la Divina Misericordia Autor

En nuestro grupo, tenemos la devoción a Jesús de la Divina Misericordia y veneramos a la santísima Virgen María (Reina de la paz). Ante la mirada de nuestro Dios y para el bien de los demás, nos reunimos como un grupo de oración e intercesión, porque, nos inspiramos del pasaje de Mc. 2, 1-12 (curación de un paralítico). En todo, buscamos la gloria de Dios y bien de las almas. Formamos a los hermanos del mundo entero a la Consagración a la Divina Misericordia. Las puertas de nuestra familia están abiertas a quien siente la llamada a servir al Señor como Testigo de la Divina Misericordia y militante por el Triunfo del Inmaculado Corazón de María.