Reflexiones diarias, súplicas y oraciones
1. Reflexión:
«El primer domingo después de la Pascua de Resurrección, es decir, Fiesta de la Misericordia del Señor, clausura del Jubileo de Redención. Cuando fuimos a esta solemnidad, el corazón me latía de alegría por estar unidas estas dos solemnidades tan estrechamente.
Pedí a Dios la misericordia para las almas pecadoras. Cuando terminó el oficio, y el sacerdote tomó el Santísimo Sacramento para impartir la bendición, súbitamente vi al Señor Jesús con el mismo aspecto que tiene en esta imagen. El Señor impartió la bendición y los rayos se extendieron sobre todo el mundo. De repente vi una claridad inaccesible en forma de una habitación de cristal, tejida de ondas de luz impenetrable (175) a cualquier criatura o espíritu. Para entrar en la claridad [había] tres puertas y en ese instante Jesús, con el mismo aspecto que tiene en la imagen, entró en aquel resplandor a través de la segunda puerta, hasta el interior de la unidad. Es la Unidad Trinitaria que es inconcebible, infinita. Oí la voz: Esta Fiesta ha salido de las entrañas de Mi misericordia y está confirmada en el abismo de Mis gracias. Toda alma que cree y tiene confianza en Mi misericordia, la obtendrá. Me alegré enormemente de la bondad y de la grandeza de mi Dios» (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 420.
2. Súplicas:
- Pedir la gracia de contemplar con alegría la gloria de la Resurrección en nuestras vidas,
- Pedir la gracia de ir preparando nuestros corazones para el gran encuentro con la Misericordia del Señor,
- Orar por los pecadores que no creen en el amor del Señor para que les alcance la Misericordia del Señor,
- Por nuestra humanidad doliente,
- Por las almas del Purgatorio,
- Por las intenciones de la Virgen María,
- Por nuestra Santa Iglesia Católica,
- Por nuestras intenciones personales.
3. Propósito del día:
Empezar una vida nueva con el Señor.
- Rezar la coronilla a la Divina Misericordia Meditada pdf,
- Respetar la hora de la Misericordia,
- Procura realizar al menos una obra de Misericordia a lo largo del día.
4. Oración final:
Oh alma mía, adora al Señor por todo y glorifica su misericordia, porque su bondad no tiene limites. Todo pasará, pero su misericordia no tiene límites ni fin; si bien la maldad llegue a llenar su medida, en la misericordia no hay medida. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (Diario 423).
Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.
