Reflexiones diarias, súplicas y oraciones
Miércoles, 20 de septiembre de 2023
1. Reflexión:
“(136) A veces, después de la Santa Comunión, siento la presencia de Dios de modo particular, sensible. Siento que Dios está en mi corazón. Y el hecho de sentir a Dios en el alma, no me impide en absoluto cumplir mis tareas; aun cuando realizo los más importantes asuntos que requieren atención, no pierdo la presencia de Dios en el alma y quedo estrechamente unida a Él. Con Él voy al trabajo, con Él voy al recreo, con Él sufro, con Él gozo, vivo en Él y Él en mí. No estoy nunca sola, ya que Él es mi compañero permanente. Siento su presencia en cada momento. Nuestra familiaridad es estrecha a causa de la unión de la sangre y de la vida” (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 318).
2. Súplicas:
- Pidamos la gracia de crecer en el santo temor del nombre de Dios,
- Oremos por todas las personas que tienen impedimento par acercarse a la santa comunión, para que no se sientan abandonadas del Rey de Misericordia y que confíen siempre en su misericordia,
- Oremos por todos los consagrados a la divina misericordia, para que sean verdaderos embajadores del Rey de Misericordia en este mundo inquieto,
- Por nuestra humanidad doliente,
- Por las almas del Purgatorio,
- Por las intenciones de la Virgen María,
- Por nuestra Santa Iglesia Católica,
- Por nuestras intenciones personales.
3. Propósito del día:
Ser obediente al cumplimiento de los sagrados mandamientos, con el propósito de agradar siempre al Señor.
- Rezar la coronilla a la Divina Misericordia
- Respetar la hora de la Misericordia
- Procura realizar al menos una obra de Misericordia a lo largo del día
Oración:
Desde lo más profundo de mi corazón Te doy gracias, querido Señor [y Rey de Misericordia], por Tu infinita bondad al venir a mí. ¡Cuán bueno Tú eres conmigo! Junto a Tu Santa Madre y a todos los Ángeles, Te alabo por Tu generosidad para conmigo, pobre pecador. Te doy gracias por alimentar mi alma con Tu Sagrado Cuerpo y Preciosa Sangre.
Trataré de mostrarte mi gratitud en el Sacramento de Tu amor, obedeciendo Tus sagrados mandamientos, y siendo fiel a mis deberes, amable con mi prójimo y tratando seriamente de ser como Tú en mi conducta cotidiana. [1] Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! [1] Rev. Lorenzo G.Lovaski, S.V.D, Mi pequeño libro de oraciones, Catholic Book Publ. Corp., New Jersey 2000, p. 31.
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TESTIGOS DE LA DIVINA MISERICORDIA
Escuela de la Divina Misericordia
Madrid/España
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