Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

Miércoles, 04 de octubre de 2023

1. Reflexión

Ahora veo claramente cómo Dios obra por medio del confesor y cómo es fiel a sus promesas.  Hace dos semanas el confesor me ordenó meditar sobre la infancia del espíritu.  Al principio eso me resultaba algo difícil, sin embargo, el confesor sin hacer caso a mi dificultad, me ordenó continuar la meditación sobre la infancia del espíritu.  En la práctica esta infancia debe manifestarse así:  El niño no se ocupa del pasado ni del futuro, sino que aprovecha el momento presente.  Deseo destacar esta infancia del espíritu en usted, hermana, y doy a eso mucha importancia” (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 333). 

2. Súplicas:

  • Pedir la gracia de ser penitentes obedientes y capaces de hacer un buen discernimiento espiritual,
  • Orar por nuestros confesores,
  • Orar por aquellos que no creen en el perdón de los pecados y no confían en la importancia de las virtudes.
  •  Por nuestra humanidad doliente,
  • Por las almas del Purgatorio,
  • Por las intenciones de la Virgen María,
  • Por nuestra Santa Iglesia Católica,
  • Por nuestras intenciones personales.

 3. Propósito del día:

Hacer de la infancia espiritual clava para mi progreso hacia la perfección,

Oración: 

[Oh mi Buen Jesús], aunque tomas la apariencia de un niñito pequeño, yo veo en Ti al Inmortal, al Infinito Señor de los señores, adorado (141) día y noche por los espíritus puros, para el cual arden los corazones de los serafines con el fuego del amor purísimo.  Oh Cristo, oh Jesús, deseo superarlos en el amor hacia Ti.  Les pido el perdón, oh espíritus puros, por haber osado compararme con ustedes.  Yo, un abismo de miseria, una vorágine de miseria, pero Tú, oh Dios, que eres un abismo inconcebible de misericordia, absórbeme como el ardor del sol absorbe una gota de rocío.  Tu mirada amorosa allana todo abismo.  Me siento sumamente feliz de la grandeza de Dios.  Ver la grandeza de Dios, es para mí absolutamente suficiente para sentirme feliz por toda la eternidad. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario 334).

 

 

 

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TESTIGOS DE LA DIVINA MISERICORDIA

Escuela de la Divina Misericordia
Madrid/España

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