Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

Miércoles, 01 de febrero de 2023

1. Reflexión:

«Cuando me enviaron para un tratamiento a la casa de Plock, tuve la suerte de adornar con flores la capilla.  Eso fue en Biala [63].  La Hermana Tecla no siempre tenía tiempo, pues a menudo yo sola adornaba la capilla.

Un día recogí las más bellas rosas para adornar la habitación de cierta persona.  Al acercarme al pórtico, vi al Señor Jesús que estaba de pie en ese pórtico y me preguntó amablemente: Hija Mía, ¿a quién llevas estas flores?  Mi silencio fue la respuesta al Señor, porque en aquel momento me di cuenta de que tenía un sutil apego a esa persona de lo que antes no me daba cuenta.  Jesús desapareció en seguida.  En el mismo instante tiré las flores al suelo y fui delante del Santísimo Sacramento con el corazón lleno de agradecimiento por la gracia de haberme conocido a mi misma» (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 48-49).

2. Súplicas:

  • Pedir la gracia de evitar cualquier apego que no nos permite tener el corazón sólo para el Señor,
  • Pedir la gracia de reconocer con humildad nuestras faltas y depender de la Misericordia del Señor,
  • Orar por los hermanos que están terminando su estancia en la Escuela de la Divina Misericordia y por los nuevos que acaban de empezar, parque hagan de su vida una morada estable del Rey de Misericordia,
  • Orar para que la fiesta de la Divina Misericordia de este año sea celebrada en el mundo entero,
  • Por nuestra humanidad doliente,
  • Por las almas del Purgatorio,
  • Por las intenciones de la Virgen María,
  • Por nuestra Santa Iglesia Católica,
  • Por nuestras intenciones personales.

 3. Propósito del día:

Revisar mi corazón bajo la Luz del Espíritu Santo, para descubrir mis apegos que no agradan al Rey de Misericordia,

4. Oración final: 

Oh Jesús mío, ahora procuraré el honor y la gloria de Tu Nombre,  luchando hasta el día en que Tu Mismo me digas:  Basta.  A cada alma que me has confiado, oh Jesús, procuraré ayudarla con la oración y el sacrificio, para que Tu gracia pueda obrar en ella.  Oh gran Amante de las almas, oh Jesús mío, Te agradezco por esta gran confianza, ya que Te has dignado confiar estas almas a nuestro cuidado. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (Diario 245).

 

Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.

 

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