Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

Martes, 29 de noviembre de 2022.

1. Reflexión:         

…(189) Una vez el Señor me dijo: ¿Por qué tienes miedo y tiemblas cuando estás unida a Mí?  No Me agrada el alma que se deja llevar por inútiles temores [(el miedo inútil)].  ¿Quién se atreve a tocarte cuando estás Conmigo?  El alma más querida para Mi es la que cree fuertemente en Mi bondad y la que Me tiene confianza plenamente; le ofrezco Mi confianza y le doy todo lo que pide.

En cierta ocasión el Señor me dijo:  Hija Mía, toma las gracias que la gente desprecia; toma cuantas puedas llevar.  En aquel instante mi alma fue inundada del amor de Dios.  Siento que estoy unida al Señor tan estrechamente que no cuento palabra con las cuales podría expresar bien esta unión; siento que todo lo que Dios tiene, todos los bienes y los tesoros, son míos, aunque me ocupo poco de ellos, ya que me basta solamente Él.  En Él veo todo, fuera de Él, nada… (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 452-455). 

2. Súplicas:

  • Pidamos la gracia de hacer de lejos de todos ruidos interiores, para que nuestros corazones sean un verdadero lugar de encuentro con el Rey de Misericordia,  
  • Oremos por los que han perdido la esperanza y prestan atención a las murmuraciones del maligno
  • Pidamos al Señor que tenga piedad de nuestra humanidad doliente y por el fin de la propagación de COVID-19 en el mundo entero.
  • Por nuestras intenciones personales.

Oración: 

¡Oh Jesús, no me dejes sola en los sufrimientos! tú, Señor, conoces mi debilidad; no soy más que un abismo de miseria; no soy más que una nada, ¿qué extraño es, entonces, que si tú me dejas sola me caiga? Soy como un recién nacido. Soy impotente, Señor; no sé valerme por mí mismo, más en el abandono tengo confianza. A pesar de lo que siento, conservo la confianza y concentro todos mis sentimientos en una entera y absoluta confianza en ti.
¡No disminuyas ninguno de mis sufrimientos; dame, simplemente, ¡la fuerza de soportarlos! Haz de mí lo que tú quieras. Dame solamente la gracia de saber amarte en todas las circunstancias de mi vida. No disminuyas, Señor el cáliz de amargura, sino dame sólo la fortaleza de beberlo todo. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén.

3. Propósito del día:

Ir al santísimo en los próximos días para pedir la gracia de disipar el miedo y crecer en la confianza en el Señor.

 

[code_snippet id=12]