Reflexiones diarias, súplicas y oraciones
1. Reflexión
(305) 17 II 1937. Esta mañana, durante la Santa Misa vi a Jesús doliente. Su Pasión se reflejó en mi cuerpo, aunque de modo invisible, pero no menos doloroso. Jesús me miró y dijo:
Las almas mueren a pesar de Mi amarga Pasión. Les ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la Fiesta de Mi misericordia [288a].
Si no adoran Mi misericordia, morirán para siempre. Secretaria de Mi misericordia, escribe, habla a las almas de esta gran misericordia Mía, porque está cercano el día terrible, el día de Mi justicia.
+ Hoy oí en el alma estas palabras: Hija Mía, debes ponerte a la obra, Yo estoy contigo. Te esperan grandes persecuciones y sufrimientos, pero que te consuele la idea de que muchas almas se salvarán y se santificarán por medio de esta obra.
+ Cuando me puse a la obra y subrayaba las palabras del Señor [289] y volví a mirar todo, al llegar a la pagina en la que tengo apuntados los consejos y las indicaciones del Padre Andrasz, no sabia qué hacer: subrayar o no; de repente oí en el alma estas palabras: Subraya, porque estas palabras son Mías; he pedido prestada la boca (306) del amigo de Mi Corazón para hablarte por tu tranquilidad y tienes que atenerte a aquellas indicaciones hasta la muerte. Me desagradaría mucho si te alejaras de estas indicaciones; has de saber que Yo Mismo lo puse entre Yo [y] tu alma, lo hago por tu tranquilidad y para que no cometas errores. (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 964-967).
2. Súplicas:
- Pidamos la gracia de estar atentos a lo que el Señor nos comunica siempre en nuestros corazones.
- Oremos por los que no creen en la presencia permanente del Señor en nuestra vida; oremos por las mujeres maltratadas y por los niños abandonados.
- Por nuestra humanidad doliente,
- Por las almas del Purgatorio,
- Por las intenciones de la Virgen María,
- Por nuestra Santa Iglesia Católica,
- Por nuestras intenciones personales.
3. Propósitos del día:
Prestar atención a la Voz Interior del Señor durante este día.
- Rezar la coronilla a la Divina Misericordia
- Respetar la hora de la Misericordia
- Procura realizar al menos una obra de Misericordia a lo largo del día
4. Oración Final:
Oh Jesús oculto en el Santísimo Sacramento del Altar, mi único amor y misericordia. Te recomiendo todas las necesidades de mi alma y de mi cuerpo. Tu puedes ayudarme, porque eres la Misericordia misma, en Ti toda mi esperanza. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amen ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario 1751).
Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.
