Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

Lunes, 30 de enero de 2023

1. Reflexión:

«(100) + Una oscuridad terrible cae nuevamente sobre mi alma. Me parece que estoy bajo la influencia de ilusiones.  Cuando fui a confesarme para obtener luz y serenidad, no las encontré.  El confesor [110] me creó todavía más dudas de las que tenía antes.  Me dijo:

No puedo entender qué poder obra en usted, hermana, tal vez Dios o tal vez el espíritu maligno.  Al alejarme del confesionario, empecé a considerar sus palabras.  Cuanto más las contemplaba, tanto más mi alma se hundía en la oscuridad.  ¿Qué hacer, Jesús?  Cuando Jesús se acercaba a mí bondadosamente, yo tenía miedo.  ¿Eres verdaderamente Tú, Jesús?  Por un lado me atrae el amor, por el otro el miedo.  Qué tormento, no sé describirlo.

Cuando fui a confesarme de nuevo, recibí la respuesta: Yo no la entiendo a usted, hermana, es mejor que usted no se confiese conmigo.  Dios mío, yo tengo que hacerme tanta violencia antes de decir cualquier cosa sobre mi vida interior y he aquí la respuesta que obtengo ¡yo no la entiendo!

Cuando me alejé del confesionario fui asaltada por innumerables tormentos.  Fui delante del Santísimo Sacramento y dije:  Jesús, sálvame.  Tú ves que soy débil.  Entonces escuche estas palabras:  Durante los ejercicios espirituales, antes de los votos perpetuos, te daré una ayuda… 

Hija Mía, quédate tranquila, Me encargo de todos los asuntos. Yo Mismo los resolveré con las Superioras y con el confesor.  Habla con el Padre Andrasz con la misma sencillez y confianza con la que hablas Conmigo» (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 211,212,213, 215).

2. Súplicas:

  • Pedir la gracia de entregar todas nuestras dudas, dificultades y miserias en las manos del Señor para que Él se encargue de enseñarnos el camino que hemos de seguir,
  • Pedir la gracia de saber escuchar la respuesta del Señor en nuestros corazones con humildad,
  • Pedir la gracia de llevar una vida sencilla, actuando siempre con obediencia y serenidad,
  • Orar por los que ofenden al Señor y que rechazan su gracia,
  • Por nuestra humanidad doliente,
  • Por las almas del Purgatorio,
  • Por las intenciones de la Virgen María,
  • Por nuestra Santa Iglesia Católica,
  • Por nuestras intenciones personales.

 3. Propósito del día:

Resolver siempre mis dudas con el Señor.

4. Oración final: 

Oh Jesús mío, deleite de mi corazón, Tu conoces mis deseos.  Quisiera esconderme a los ojos humanos, viviendo de modo como si no viviera.  Quiero vivir pura como una flor de campo; quiero que mi amor esté dirigido siempre hacia Ti, como la flor que gira siempre hacia el sol.  Deseo que el perfume y la frescura de la flor de mi corazón estén siempre guardados exclusivamente para Ti.  Quiero vivir bajo Tu mirada divina, ya que Tu solo me bastas.  Cuando estoy Contigo, oh Jesús, no tengo miedo de nada, porque nada puede dañarme. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (Diario 306).

 

Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.

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