Reflexiones diarias, súplicas y oraciones
1. Reflexión:
«Dialogo entre Dios misericordioso y el alma perfecta
– El alma: Señor y Maestro mío, deseo hablar Contigo.
– Jesús: Habla, porque te escucho en todo momento, niña (93) amada; te espero siempre. ¿De qué deseas hablar Conmigo?
– El Alma: Señor, primero derramo mi corazón a tus pies como el perfume de agradecimiento por tantas gracias y beneficios de los cuales me colmas continuamente y los cuales no lograría enumerar aunque quisiera. Recuerdo solamente que no ha habido un solo momento en mi vida en que no haya experimentado Tu protección y Tu bondad.
– Jesús: Me agrada hablar contigo y tu agradecimiento te abre nuevos tesoros de gracias, pero, niña Mía, hablemos quizás no tan generalmente, sino en detalles de lo que pesa más sobre tu corazón; hablemos confidencial y sinceramente como dos corazones que se aman mutuamente» (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 1489).
2. Súplicas:
- Pedir la gracia de aprender a entrar en diálogo sincero con el Señor,
- Orar por los que consideran al Rey de Misericordia como un Dios lejano,
- Orar por los niños que sufren y por las personas mayores sin recursos,
- Por nuestra humanidad doliente,
- Por las almas del Purgatorio,
- Por las intenciones de la Virgen María,
- Por nuestra Santa Iglesia Católica,
- Por nuestras intenciones personales.
3. Propósito del día:
Buscar un momento de silencio interior para dialogar con el Rey de Misericordia.
- Rezar la coronilla a la Divina Misericordia Meditada pdf,
- Respetar la hora de la Misericordia,
- Procura realizar al menos una obra de Misericordia a lo largo del día.
4. Oración final:
Oh Jesús, Fuente de la vida, santifícame. Fuerza mía, fortaléceme. Única luz de mi alma, ilumíname. Maestro mío, guíame; me confío a Ti como el recién nacido al amor de su madre. Aunque todo se conjure contra mi y aunque me falte tierra bajo los pies, estaré tranquila junto a Tu Corazón. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario 1490).
Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.

