Reflexiones diarias, súplicas y oraciones
Lunes, 05 de junio de 2023
1. Reflexión
Terriblemente atormentada por estos sufrimientos entré en la capilla y de la profundidad de mi alma dije estas palabras: Haz conmigo, Jesús, lo que Te plazca. Yo Te adoraré en todas partes. Y que se haga en mi Tu voluntad, oh Señor y Dios mío, y yo glorificaré Tu infinita misericordia. Después de este acto de sumisión cesaron estos terribles tormentos. De repente vi a Jesús que me dijo: Yo estoy siempre en tu corazón. Un gozo inconcebible inundó mi alma y [llenó] de gran amor de Dios que inflamó mi pobre corazón. Veo que Dios nunca permite [sufrimientos] por encima de lo que podemos soportar. Oh, no temo nada; si manda al alma grandes tribulaciones, la sostiene con una gracia aun mayor, aunque no la notamos para nada. Un solo acto de confianza en tal momento da más gloria a Dios que muchas horas pasadas en el gozo de consolaciones durante la oración. Ahora veo que si Dios quiere mantener a un alma en la oscuridad, no la iluminará ningún libro ni confesor (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 78).
2. Súplicas:
- Pidamos la gracia de permitir que el Señor esté siempre en nuestros corazones.
- Oremos por todos aquellos que son ocasiones de tropiezo y de perdición para los demás, para que se dejen sostener por la gracia del Señor.
- Por nuestra humanidad doliente,
- Por las almas del Purgatorio,
- Por las intenciones de la Virgen María,
- Por nuestra Santa Iglesia Católica,
- Por nuestras intenciones personales.
Pensar en uno de los atributos de Dios.
- Rezar la coronilla a la Divina Misericordia
- Respetar la hora de la Misericordia
- Procura realizar al menos una obra de Misericordia a lo largo del día
4. Oración Final:
Oh ¿Quién comprenderá Tu amor y Tu misericordia insondable hacia nosotros? Oh prisionero del amor, encierro mi pobre corazón en este tabernáculo para adorarte sin cesar día y noche. No se dé ninguna objeción a esta adoración, y aunque estoy físicamente lejos de Ti, mi corazón está siempre Contigo. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario, 80).
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TESTIGOS DE LA DIVINA MISERICORDIA
Escuela de la Divina Misericordia
Madrid/España
Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.
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