Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

Jueves, 23 de febrero de 2023

1. Reflexión:

(106) + Al comienzo de los ejercicios espirituales Jesús me dijo: En estos ejercicios espirituales, seré Yo Mismo quien dirija tu alma; quiero confirmarte en la tranquilidad y en el amor.  Y así me transcurrieron los primeros días.  Al cuarto día comenzaron a atormentarme grandes dudas de que ¿no me encontraba, acaso, en una falsa tranquilidad?

De pronto oí estas palabras:  Hija Mía, figúrate que eres la reina de toda la tierra y que tienes la posibilidad de disponer de todo según te parezca; tienes toda posibilidad de hacer el bien que te agrade y de repente, a tu puerta llama un niño muy pequeño, todo tembloroso, con lágrimas en los ojos, pero con gran confianza en tu bondad y te pide un pedazo de pan para no morir de  hambre, ¿Cómo te comportarías con este niño?  Contéstame, hija Mía.  Y dije: Jesús, le daría todo lo que me pida, pero también mil veces más.  Y el Señor me dijo:  Así Me comporto Yo con tu alma.  Durante estos ejercicios espirituales no solamente te daré la tranquilidad, sino también tal disposición de ánimo, que aunque quieras inquietarte, no podrás.  Mi amor ha tomado posesión de tu alma y quiero que te fortifiques en él.  Acerca tu oído a Mi Corazón y olvídate de todo, y considera Mi inconcebible misericordia.  Mi amor te dará la fuerza y el ánimo que te es necesario en esta obra. (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario 229)

2. Súplicas:

  • Oremos por todas las personas que nos han pedido oración
  • Pidamos al Señor que aumente nuestra fe y confianza en Él
  • Pidamos la gracia de ser conscientes de que nuestro Buen Jesús de la Divina Misericordia siempre escucha nuestras súplicas
  • Por nuestra humanidad doliente,
  • Por las almas del Purgatorio,
  • Por las intenciones de la Virgen María,
  • Por nuestra Santa Iglesia Católica,
  • Por nuestras intenciones personales.

3. Propósitos del día:

Renunciar al murmullo del maligno y estar atento a la voz del Señor.

4. Oración Final:

Oh Dios mío, mi única esperanza, en Ti he puesto toda mi confianza y sé que no me desilusionaré. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (Cf. Diario 317)

Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.

 

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