Reflexiones diarias, súplicas y oraciones
1. Reflexión
La humillación es [mi] alimento cotidiano. Comprendo que la esposa acepta todo lo que atañe a su Esposo, por eso la vestimenta del desprecio que lo ha cubierto a Él debe cubrirme a mí también.
En los momentos en que sufro mucho, trato de callarme, porque desconfío de la lengua que en esos momentos es propensa a hablar de sí misma, en lugar de servirme para alabar a Dios por todos los beneficios y dones que me han sido proporcionados. Cuando recibo a Jesús en la Santa Comunión, le ruego con fervor que se digne sanar mi lengua para que no ofrenda con ella ni a Dios ni al prójimo. Deseo que mi lengua alabe a Dios sin cesar. Grandes culpas se cometen con la lengua. Un alma no llegará a la santidad si no tiene cuidado con su lengua (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario 92).
2. Súplicas:
- Pidamos la gracia de vivir nuestra fe con obras y de acercarnos al Señor con confianza.
- Oremos por aquellos que no creen en el poder sanador del Nombre de nuestro Señor Jesucristo.
- Por nuestra humanidad doliente,
- Por las almas del Purgatorio,
- Por las intenciones de la Virgen María,
- Por nuestra Santa Iglesia Católica,
- Por nuestras intenciones personales.
3. Propósitos del día:
Orar por la sanación de un enfermo en concreto.
- Rezar la coronilla a la Divina Misericordia
- Respetar la hora de la Misericordia
- Procura realizar al menos una obra de Misericordia a lo largo del día
4. Oración Final:
Te espero, Señor, entre la quietud y el silencio, con gran añoranza en el corazón, con un deseo irresistible.
Siento que mi amor hacia ti se vuelve fuego y como una llama ascenderá al cielo al final de la vida, y entonces se realizarán todos mis deseos. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amen ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (cf. Diario 1589).
Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.
