Reflexiones diarias, súplicas y oraciones
Jueves, 05 de octubre de 2023
Cada 5 de octubre la Iglesia Católica celebra a Santa Faustina Kowalska (1905-1938), religiosa y mística católica polaca. Ella fue testigo de las apariciones que inspiraron la devoción a Jesús de la Divina Misericordia. Por eso, Santa Faustina lleva el título de «Apóstol de la Divina Misericordia».
«A las almas que propagan la devoción a mi misericordia, las protejo durante su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas el juez, sino el Salvador Misericordioso», le dijo el Señor a su servidora, Santa Faustina.
Una niña sencilla y amorosa
El día que recibió la Primera Comunión, Faustina estaba tan emocionada por el don recibido que expresó su gratitud besando las manos de sus progenitores, agradeciéndoles que la educaron en el amor a Cristo y pidiéndoles perdón por haberles ofendido.
Helena Kowalska -por su nombre de pila- fue la tercera de ocho hermanos, así que aprendió rápidamente a ayudar en los quehaceres familiares. En casa, o estaba ayudando a su madre en la cocina o cuidaba de sus hermanos; en el establo, se ocupaba de ordeñar a las vacas.
Asistió a la escuela, pero sólo pudo completar tres años de estudio porque la familia Kowalska no tenía dinero suficiente para costear su educación y había que trabajar.
Ninguno que poniendo su mano en el arado y mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios (Lc 9, 62)
A los 15 años empezó a tener inquietudes por la vida religiosa. Sin embargo, sabía que no sería aceptada en un convento sin tener algo de dinero. Por eso, empezó a trabajar como empleada doméstica para ayudarse económicamente y, al mismo tiempo, seguir apoyando a su familia.
Sin despedirse de sus padres, viajó a la capital polaca solo con el vestido que llevaba puesto. Allí habló con un sacerdote, quien le consiguió hospedaje en casa de una familia amiga.
Posteriormente, para sostenerse volvió a trabajar como empleada doméstica. Fue un tiempo de gran incertidumbre para ella, en el que se sintió fuertemente probada, dado que ninguna casa de religiosas pudo acogerla a pesar de sus intentos. (Véase ACIPRENSA: 5 de octubre de 2022 / 12:01 AM)
1. Reflexión del día:
“(5) 4. + Hoy me preparo para la venida del Rey.
Qué soy yo y qué eres Tú, Señor, Rey de la gloria, gloria inmortal. Oh corazón mío, ¿te das cuenta de quién viene a visitarte hoy? Sí, lo sé, pero es curioso que no puedo comprenderlo. Oh, si fuera solamente un rey, pero éste es el Rey de reyes, Señor de los señores. Antes Él tiembla todo poder y autoridad. Hoy Él viene a mi corazón. Lo oigo acercarse, salgo a su encuentro y lo invito. Cuando entró en la morada de mi corazón, mi alma se llenó de un respeto tan grande que se desmayó atemorizada, cayendo a sus pies. Jesús le dio su mano y le permitió bondadosamente sentarse a su lado. La tranquilizó: Ves, he dejado el trono de los cielos para unirme a ti. Lo que estás viendo es apenas una pequeña muestra y tu alma se desmaya de amor. ¡Cuánto se asombrará tu corazón cuando Me veas en toda la plenitud de la gloria! Quiero decirte, sin embargo, que la vida eterna debe iniciarse ya aquí en la tierra a través de la Santa Comunión. Cada Santa Comunión te hace más capaz para la comunión con Dios por toda la eternidad”(Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 1810).
2. Súplicas:
- Pidamos la gracia de vivir en comunión permanente con el Rey de Misericordia,
- Oremos por los matrimonios en crisis y las familias desunidas, para que se dejen amar por el Rey de Misericordia y experimenten su presencia en sus hogares,
- Por nuestra humanidad doliente,
- Por las almas del Purgatorio,
- Por las intenciones de la Virgen María,
- Por nuestra Santa Iglesia Católica,
- Por nuestras intenciones personales.
3. Propósito del día:
Sentirnos acompañados por el Rey de la Misericordia durante todas nuestras actividades de este día.
- Rezar la coronilla a la Divina Misericordia
- Respetar la hora de la Misericordia
- Leer la Biografía de SANTA FAUSTINA
Oración:
Oh María, Madre mía, Te ruego humildemente, cubre mi alma con Tu manto virginal en este momento tan importante de mi vida, para que así, me haga más agradable a Tu Hijo y pueda glorificar dignamente la misericordia de Tu Hijo delante del mundo entero y durante toda la eternidad. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO! (Diario, 220).
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TESTIGOS DE LA DIVINA MISERICORDIA
Escuela de la Divina Misericordia
Madrid/España
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Me he atrasado un poco en hacer la Oración todos los días. Pero estoy tratando de ponerme al día, me vale. Bueno para Dios de infinita Misericordia se que me va ayudar a seguir