Reflexiones diarias, súplicas y oraciones

Domingo, 04 de febrero de 2023

1. Reflexión:

«Por la noche, apenas me acosté, me dormí, pero si me dormí rápidamente, más rápidamente todavía fui despertada.  Vino a mí un Niño pequeño y me despertó.

Este Niño podía tener cerca de un año y me sorprendí de que hablara muy bien, ya que los niños de esta edad no hablan nada o hablan de manera poco comprensible. Era indeciblemente bello, parecido al Niño Jesús y me dijo estas palabras:  Mira al cielo.  Y cuando miré al cielo, vi. las estrellas brillantes y la luna.  Ese Niño me preguntó: ¿Ves la luna y las estrellas?  Contesté que las veía y Él me replicó con estas palabras:  Aquellas estrellas son las almas de los cristianos fieles y la luna son las almas consagradas.  Ves la gran diferencia de luz que hay entre la luna y las estrellas, igual de grande es en el cielo la diferencia entre el alma de un religioso y la de un cristiano fiel.  Y continúo que la verdadera grandeza está en amar a Dios y en la humildad» (Santa María Faustina Kowalska, La divina Misericordia en mi alma, Diario, 424.

2. Súplicas:

  • Pedir la gracias de cumplir fielmente los mandamientos de Dios
  • Pedir la gracia de ser luz en medio de la vida gris que atormenta nuestra humanidad,
  • Orar por los enemigos de la paz y por los que no creen en la grandeza de la devoción a la Divina Misericordia,
  • Oremos por la paz en los países en conflicto,
  • Por nuestra humanidad doliente,
  • Por las almas del Purgatorio,
  • Por las intenciones de la Virgen María,
  • Por nuestra Santa Iglesia Católica,
  • Por nuestras intenciones personales.

 3. Propósito del día:

Llevar una vida humilde y amar a Dios con el corazón.

4. Oración final: 

Oh Jesús, mi corazón deja de latir cuando contemplo todo lo que haces por mí. Te admiro, Señor, por humillarte tanto hasta mi alma miserable. Qué métodos inexplicables usas para convencerme. Gracia mi Rey por tu bondad y tu Misericordia, guía mis pasos y lléname de tu presencia y de tu gracia para gloria tuya y bien de las almas. Oh Mi Buen Jesús Misericordioso, Rey de Misericordia, confío en Ti y solo en Ti espero. Amén. ¡JESÚS, EN TI CONFÍO!

 

Libro correspondiente a estas reflexiones: Disponible aquí.

 

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